cap 8. Un nuevo comienzo.

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Pov Maki.

Era el día en el que por fin, estaba libre de Musashi... Me sentía más aliviada, ese tipo ya no estaba y Sheyla y yo podríamos estar más tranquilas.

—Bien... Ahora que saben mi nombre, podrían presentarse —dije mirando a todos.

Esta academia era algo extraña. Estaba dividida en 2, la primera parte es de los "héroes" y la otra de los "villanos" ¿Por qué así? Pues, cuando los alumnos entran pasan un tipo de prueba la cual define si tiene un "buen pasado" por así decirlo. Todo lo que el alumno vivió y hizo en su pasado hace que entre a alguna de esas dos secciones.

Obviamente yo daba clases a la sección "villana". Me correspondía dar clases sobre: idiomas, matemáticas, educación física y historia. De las demás materias se encargaban otros profesores, y, increíblemente, había una materia que los ayudaba a ser "mejores personas". Cuando me enteré de todo esto me pregunte "¿Qué hago yo aquí?" . Luego recordé que yo también debo superar cosas para ayudar a Sheyla, entre a este lugar lleno de mocosos solo para darle una vida distinta. Pero en fin, seguí con los estúpidos del salón.

—Emmm... Buenos días profesora Maki, mi nombre es Lorens Agreste y tengo 17 años —dijo el chico con algo de timidez.

—Un gusto, Lorens —le dije al primero que hablo.

_Hola, enana, mi nombre es Ángel Ramos, tengo 17 —dijo de forma burlona. Lo cual me irritó.

_Vaya, así que tú eres el payaso de salón eh - lo miré con seriedad. Él se intimidó— escuchen, no estoy aquí para jugar y mucho menos para ser su amiga ¿Okey? No tolero las bromas y mi paciencia es casi nula. Se comportan o muer... O son castigados - me corregí.

—Ya, ya, amargada —Ángel giro los ojos.

—Eres muy irrespetuoso —dijo una chica con algo de enfado. Luego sonrió y me miró— mucho gusto Maki-sensei, Watashi wa Aihara Hanna —dijo ese chica la cual era azabache, algo alta, te tez blanca, ojos rojos y de busto grande.

—¿Eh? —dije. ¿Eso era japonés? No lo entendía, ese idioma jamás me gustó.

—p-perdón... —se rascó la cabeza— yo soy Hanna Aihara, tengo 15 años y soy de nacionalidad Japonesa.

—Hola, supongo...

En fin, cada uno se presentó. Habían varios extranjeros, está era una de las pocas academias que aceptaban gente de otros países.

—emmm, profe, disculpe... Con el profesor anterior nos quedamos con la teoría de...

—No —lo interrumpí— hoy no trabajaremos con teoría, he preparado un mini examen, espero estén listos.

—¡¿Qué?! —dijeron todos muy alterados.

—¡No! Este semestre apenas está empezando, imposible que nos haga un examen tan rápido —dijo Ángel.

—No será un examen escrito ni oral —solté un suspiro— harán un simulacro de incendio... Iremos al patio. Mandé a hacer un edificio —dije. Sonará loco, mandar a hacer un edificio, en una escuela y solo para quemarlo, pero, aquí hay gente con poderes. Por lo tanto, todo es posible— en el cual hay tres muñecas de tela, entrarán y las traerán. No obstante, solo tres pasarán el examen, ya que solo hay tres muñecas.

—¡No! ¡Que injusto! —protestó Lorens— ¿Y que hay de los demás? ¿Su trabajo no contará?

—Para sobrevivir tienes que mostrar ser el mejor, solo preocúpate por ti, si ves por otro, solo te vas a perjudicar —dije ya irritada— otra cosa, no podrás usar sus poderes, ¿Okey?

—¡¿Queeeeeeeeeé?!

—Si.

—Va a ser peligroso, profe, el edificio todo quemado y desmoronado y nosotros sin poder usar nuestros poderes. Sin mencionar que habrá que pelear entre nosotros para traer las muñecas —Lorens se veía preocupado.

—Ustedes son responsables de sus vidas, yo no, yo solo estoy aquí para enseñar y calificar, no para salvarles el culo.

—Pero prof...

—silencio, vayan. Entre más tarden, menos notas tienen —bufé.

Todos asintieron y se fueron, tenían que correr un poco para llegar al edificio el cual estaba en el centro del patio.

En eso llegó mi sobrina.

—Hola tía —dijo Sheyla al entrar.

—Hola.

—Ellos son los de tu clase ¿No?

—Tristemente, sí. Se nota que un unos débiles, ya quiero renunciar —le dije.

—Ay tía, apenas empiezas hoy —se rió— ten más paciencia.

—¿Acaso tuvieron paciencia conmigo? —levante una ceja mientras la miraba.

—No, pero ellos no son como nosotras... Espera ¿Aquí está Hanna?

—¿La asiática?

—Si, sí, ella.

—Si, está en esta clase ¿Por qué?

—Por nada, solo que me agrada, hace unos días se me acercó, es muy tierna —me dijo.

—No le veo nada de tierna, ni siquiera sabe bien el francés. Se confundió de idioma cuando se presentó.

—Ya, déjala, debe ser difícil para ella hablar un idioma totalmente distinto.

—Tal vez... En fin —miré por las cámaras que estaban dentro de edificio, las cuales me permitían ver todo lo que pasaban dentro.

Ángel se estaba peleando con otro alumno por la muñeca, ambos estaban muy lastimados y cansados. Mientras que Lorens y Hanna se ayudaban mutuamente.

—¡Mira Hanna! ¡Ahí está la otra! —el chico señaló el lugar en donde estaba la muñeca.

—Arigato, Lorens —Hanna sonrió y corrió para tomar el objeto— ya podemos irnos.

—Sí, antes de que sepan que tenemos dos muñecas.

Ambos corrieron y saltaron desde una de las ventanas, cayeron y siguieron corriendo. En ese momento empezó la rivalidad de los dos.

—llegare antes que tú, ¡Hanna! —le dijo Lorens el cual estaba más adelantado que ella.

—¡Jamás! —Hanna tomo impulso y salto por encima de Lorens tomando ventaja. Hasta que llegó unos 30 segundos antes que el chico.

—¡Bien, Hanna! —celebró Sheyla.

—Hey, Sheyla ¿Qué tal? —sonrió Hanna y luego me miró— ten —me entrego la muñeca— supongo que la mejor calificación es la mía, ¿No?

—Aja, eso es correcto —le dije luego de agarrar la muñeca. Luego vi que todos habían llegado muy enojados.

—¡Otra vez esa mocosa se llevó el primer lugar! —reclamó capius, otro chico muy estúpidos.

—No es culpa mía que seas tan imbécil —Hanna giro los ojos.

—Ya... No peleen —les dije con serenidad— pueden largarse, dan asco.

—Acabo de salir de un edificio en llamas ¿Cómo quieres que no esté sucio? —me dijo capius.

—Deja de responder de esa manera o te parto la cara. Aprende a ser más educado con Maki-sensei —Hanna se le paró al frente. Se veía enojada.

—¿Qué? ¿Ahora piensas defender a la enana? —dijo él. Ya me estaba molestando, y mucho.

—Repite lo que acabas de decir y verás como te parto la cara —Hanna lo reto.

—¡Maki es una enana amarg...!

En eso el chico salió volando ya que Hanna le dio una patada lateral con mucha fuerza.

—A ver, dilo otra vez. —Hanna siguió caminando hasta él.

—Ya Hanna, cálmate —hice que Hanna se devolviera— ya hiciste mucho —miré a todos— se pueden ir.

Todos eran muy agresivos... Ya se porque están en esta sección conmigo.

Sentimientos EncontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora