Cap 43

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Me desperté por los maullidos de la gata, a lo cual abrí los ojos y la miré, le dí una media sonrisa. Me incorporé para acariciarla y ver que quería, y obvio quería comida, por eso procedí a darle y soltar un suspiro cansado al ver el celular de Hanna sobre a mesa, lo agarré después de alimentar a la mínina.
Quise revisar y así lo hice, no había nada fuera de lo normal, solo una conversación con su hermana en japonés... Comienzo a odiar ese idioma. Utilicé el traductor y leí cosas que no debía o que no quería.

“¿Recuerdas cuando Leonida te compraba chocolates amargos en tu cumple? Decía que era porque tú eras igual de amargada. Rica pero amarga, jajajajaja.

Claro que lo recuerdo... ¿Como olvidarlo? Realmente la extraño... Me pregunto si Maki me dará algo

Otra vez con ella, entiende que jamás podrás sentir algo como con Leonida. ¿Lo olvidas?

Lo que sentí por Leonida es distinto, lo sé... Pero a Maki realmente la amo, no de la misma manera, es de manera distinta. Maki me ha ayudado a volver a amar."

Patrañas 🙄”

Que te caiga mal no es problema mío, querida.”

Aja, mejor ve a hacer de tu vida un desastre.”

Yo también te amo.”

Fruncí el ceño y deje el celular donde estaba, ¿Quien carajo era Leonida? ¿Por qué jamás me habló de ella? ¿Es su ex? ¿Dónde está ahora? Mi día va de mal en peor.

—Oh, Maki, ¿Qué haces aquí?

Dice Hanna al entrar en la sala y verme de brazos cruzados.

—¿Se te olvida? —le dije de manera tajante.

—No recuerdo mucho de ayer... ¿Me lo recuerdas?

—¡Que eres una idiota, Hanna! ¿Qué clase de relación es esta? No sé absolutamente nada sobre ti, ¿Quién es Leonida?

—C-calma...

—¡No! De verdad siento que no te conozco para nada. Me ocultas todo —yo me movía de un lado para otro mientras hablaba—, no confías en mí, prefieras perderte y ir a beber que estar conmigo, te desapareces sin motivos y me dejas preocupada.

—Maki...

Hanna se sentó con pesadez en el sofá y dió unos golpes a ese como señal de que me sentara a su lado. Me senté y la miré impaciente.

—No lo podía ocultar toda la vida... —ella bajo la mirada, tenía la vista pérdida en el suelo— Todo es complicado, ¿Por dónde empiezo...?

Tomó aire y dejó caer su cabeza en mi regazo. No hice nada, solo la miré esperando una respuesta.

—Mi... Mi familia, los Aihara, existimos desde hace siglos. Somos un clan gigante, que prácticamente llevamos el mando de Japón, es de costumbre que el gobierno siempre pida la opinión de la líder para poder tomar importantes decisiones... Sin embargo —hizo una gran pausa—. El clan fue asesinado casi por completo hace casi tres años... Solo mi hermana y yo sobrevivimos.

Hanna por fin me miró a los ojos y en ellos se veía una gran tristeza.

—¿Quién los asesinó? —pregunté ahora entendiendo el dolor que Hanna estaba sintiendo.

Ahora tenía planeado buscar a los asesinos y darles su merecido, iban a pagar por hacer algo como eso.

—Yo.

Dijo sin más.

—¿Qué?

—Sí, yo, yo lo hice...

Sentimientos EncontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora