Cap 18

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Ya siendo un día nuevo, Sheyla y yo nos fuimos a la academia, claro, no sin antes planear algo para proteger a Hanna y a Ángel por si a esa gente se le ocurre hacer algo contra ellos.

Mi preocupación no hacía más que aumentar. Era algo difícil todo... Una responsabilidad que yo no quería tomar, en especial porque tendría que dirigir a todos como lo hacía mi padre... Me negaba rotundamente a volver a ser como él.

En estos meses hice un cambio muy notable. Según Sheyla yo era algo más amable y ya no estaba tan estresada. Solía salir de paseo con ella y tenía amigos... Claro, yo no era tan abierta como Sheyla, pero si conversaba de distintos temas con ellos.

Aunque entre los amigos, los que más destacaban eran Ángel y Hanna. Ángel por cierta razón, es el novio de mi sobrina y no me queda de otra más que llevarme bien con él, y Hanna... Bueno, ella es alguien que se esfuerza mucho por poder ser alguien cercano a mí, algo que he tomado en cuenta y decidí darle una oportunidad de amistad...

Sin embargo, esos días de tranquilidad se acabaron ya que desgraciadamente los Kishimotos nos localizaron. ¡Maldita sea! Todo estaba de maravilla.

—Maki-sensei.

—¿Eh? ¿Hanna? ¿Qué sucede? —la miré al entrar al salón.

—Nada... Solo te quería pedir disculpas por lo del otro día, ya sabes... —ella comenzó a jugar con sus dedos— cuando dormimos...

—Vale, Hanna, ya, tranquila... No es que me haya molestado, solo que es algo incómodo... ¿Entiendes? Y lo nuevo y raro me pone nerviosa.

—Bien, entonces, ¿Todo como antes? —la azabache me extendió la mano.

—Todo como antes —estreche nuestras manos y ella sonrió—. Bueno, a clases.

Pasó la primera clase, por lo tanto, ya era hora del primer receso. Yo esperaba que Hanna viniera al salón para hablar de cualquier cosa que se le pasará por la mente.

Ya pasando los 5 minutos sin que ella regresase sentí la terrible necesidad de ir a buscarla ya que... ¿Y si le pasó algo? Los Kishimotos somos muy buenos para infiltrar gente. Y ese pensamiento me hizo querer ir a buscarla.

Pase por el patio y la ví sentada al lado de cierta pelirroja... Scarlett. Ambas estaban muy sonrientes  y pegaditas. Juro que sentí unas ganas de estrangular a esa chica y lo peor de todo es que no sé cuál es la razón del porqué. Pero bueno... Seguí caminando para no interrumpir su conversación.

Mientras caminaba no quitaba la vista de esas dos, pero me tropecé con alguien a lo cual por el choqué dí unos pasos hacía atrás.

—Ay... Ah ¡Disculpa, profe Maki! —de inmediato se disculpó Lorens.

—Oh, no te preocupes, estaba algo distraída —le dije y él sonrió.

—Vale... Oye, ¿Puedo hablar un momento contigo? —el chico me llamo antes de que yo pudiera irme.

—Claro. ¿Qué necesitas? ¿No has entendido algo sobre lo que he dado en clases?

—No, no, nada de eso. Es sobre... Hanna —él empezó a caminar haciéndome entender que lo siguiera.

—Sobre Hanna eh... ¿Qué pasa con ella? —pregunté al entrar con Lorens a un salón el cual estaba vacío. El chico cerró la puerta.

—Bueno, tú eres la que más se la pasa con ella últimamente, y sobre todo eres una mujer muy poderosa y eso sin contar que eres una Kishimoto.

—Ajá... ¿Y eso que tiene que ver? —alcé una ceja esperando su respuesta.

—Pues.. —él suspiro—. A mi padre le han llegado mensajes anónimos amenazando con la seguridad de Hanna, tanto él como yo estamos preocupados. Ella no sabe nada, preferí hablar esto contigo primero... Esperaba que me ayudaras a investigar quienes son y a mantenerla a salvo.

Sentimientos EncontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora