Amor sobre hielo [Louis Partridge]

|CAPITULO 24|

«𝐿𝑎 𝑆𝑜𝑟𝑝𝑟𝑒𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝐿𝑜𝑢𝑖𝑠»

MEGAN

 —bien señor Partridge, ¿A dónde vamos?

—eres muy terca, Meg —. Dijo como por decima vez, he estado insistiendo hacia donde me llevaría. —lo sabrás cuando lleguemos.

Mira las estrella por la ventana, los adornos navideños, la nieve entre la copa de los árboles y el césped.

Tenía una gran intriga a donde me llevaría. Mire a Louis, tenía su vista centrara a la carretera. Tiene un perfil que lo hace ver...mmmm...hermoso. Dirigí mi vista al frente, no sin antes sentir la cálida mano de Louis en mis dos manos que las tenía en mi regazo, hizo círculos en ella y sonreírme. Después de unos minutos llegamos al lugar.

—esto es una locura, Louis. ¿Por qué tienes que taparme los ojos?

—tranquila.....anda....ven —. Me guío el camino, abrazándome de lado, sin quitar la mano de mis ojos. Hasta quitarlos.

No puedo creerlo, estaba sorprendida. Era una estación de radio. Donde los cantantes vienen a hacer sus canciones y pronto sacarlas a internet o en disco.

—¿Qué es esto? —. pregunte a Louis mirándolo. Los dos productores nos miraron.

—es para ti.

—¿es Megan? —. Pregunto el señor a Louis, que tenía unos audífonos en su cuello, sentado en una silla.

—si. —contesto sin dejar de mirarme con una sonrisa.

—ve adentro. —me dijo el mismo señor, señalando detrás del vidrio para cantar.

¿Qué?

—no, no, no, no—. Negué varias veces y salir del lugar nerviosa.

—Megan. —dijo Louis riendo, siguiéndome.

—no, no, no, no puedo.

—si, si, si puedes.

—no, no, no. —seguí negando, pero el solo asentía. Me gire y poder mirarlo y luego a los productores.

—esto es una gran locura....¿como pudiste pagar algo así? ....y-yo dedo regresarte el din....—.me interrumpió.

—no te preocupes por eso.

—sabes que es mala educación interrumpir a la gente. —me cruce de brazos.

—y sabes que es mala educación rechazar regalos. —pregunto burlón y divertido a la vez.

—no puedo hacerlo, gastaste tu dinero en mí, no, no puedo...—. esto es grande para mí, sigo sorprendida lo que hizo por mí, nadie había hecho algo tan grande para mí. Algo que yo adoro hacer. Tenía dos sentimientos a la vez, estaba alegre y nostálgica a la vez, una lágrima recorrió por mi mejilla.

—ya está hecho, cariño —. Sonrió, y seco mi lágrima. —quiero que sigas tu sueño...ser cantante, llegar a ser actriz espléndida, puedes hacerlo.

—¿Qué pasa con el lugar cerrado? Sabes que yo tengo...—baje la cabeza mirando el suelo.

—ya me encargué de eso, mira. —levanto mi mentón suave mente e hizo que mirara las tres ventanas abiertas, suspire aliviada. —además, ya notaste el lugar ahora mismo, donde estás parada?

Negué, mi cerebro hizo clik, era un lugar cerrado y...y no me sentía como las veces pasadas. No puedo creerlo.

—hace días que te paso lo mismo. Has estado en lugares cerrados, Meg. Y no te sientes mal, simplemente la claustrofobia se va, sin que te dez  cuenta, trataste con medicamentos y salir más seguido, deporte, cosas que te hacen olvidarla y está pasando, tal vez después de todo...te estas curando—. Sonrió, tomo mi mano acariciándola.