Querida Hermana. ✄ Jungkook

~4~

-Mamá.- Ree giró la manija de la puerta. -¿Puedo salir al centro comercial? Necesito unas nuevas zapatillas, y...

-Ree, hoy tienes clase de ballet.- Hyang sonrió con ternura. -Puedo comprarlas mas tarde, pero no me gustaría que te distrajeras. Tu maestra me ha comentado sobre el próximo recital y es muy pronto.- La observó un momento. -Es mejor que te prepares, porque sabes que esta nueva escuela es más exigente, hija.

La joven suspiró rendida.

-No me gusta la nueva escuela. Realmente quiero volver a Daegu, mamá. El señor Lee me agrada y trata de ser amable conmigo, pero las cosas se tornan difíciles con Iseul.

-¿Te ha hecho algo?- Dijo seria.

-Me ha cortado el cabello dormida, desaparece mis cosas, trató de poner aceite en mi crema facial, y si no hubiera notado el tinte en mi shampoo, mi cabello sería violeta.

-¿En verdad, ella...

-Puedo tolerar todas esas cosas, mamá. Trato de ser cortés, y a uno de mis nuevos amigos le gusta mucho, por eso debo acercarme a ella.- Exhaló.

-¿Quién?

-No lo conoces.- Afirmó. -Se llama Jungkook, y es un chico estupendo.-Sonrió. -Pero... Se enamoró de Iseul, y no sabe lo riesgoso que eso puede ser, por el simple hecho que está dispuesto a hacer todo para atraerla, y me comprometí a ayudarlo. ¡Siento que lo lastimará!

-¿Eso te preocupa?- Hyang formó una mueca.

-Claro, no se lo merece.

En un momento, su madre vio más allá de su hombro y negó lentamente con la cabeza.

-Iseul acaba de bajar.- Susurró. -No queremos que escuche nuestra conversación.- Guiñó y de a poco subió el volumen de su voz para el siguiente comentario. -Bien, Ree. Hora de tu clase, ¿te llevo?

-¡Pero mamá, está lloviendo! No quiero ir.- Hizo un puchero. -Ah, está bien... Sé llegar sola. Sólo quiero un paraguas.- Devolvió el guiño con una sonrisa colgando de su rostro.

*

-Cuarta posición, arabesque, fouetté, grand plié, epaule...- Repasó en murmullos al tiempo que caminaba por las calles adornadas de gotas que caían sin control. Sus manos dolían al sostener el paraguas sobre su cabeza por tanto tiempo, hasta que divisó una banca a lo lejos en el ya abandonado parque. Se acercó con delicadeza, pero su rostro formó una cara llena de decepción al verla tan brillante debido al agua de lluvia.

Ree frunció el ceño al sentir que el silencio del lugar se rompía. Un rayo en su mente le gritó que era su loca imaginación, pero ella aún percibía los crujidos que otra persona además de ella, creaba. Sintió la banca moverse un poco, y sollozos por detrás de ella. Se aproximó con lentitud al punto donde el llanto era proveniente. Una cabeza de cabello oscuro se escondía entre sus piernas las cuales rodeaba con ambos brazos.

-D-Disculpa... ¿Estás bien?- Dijo con voz temblorosa.

Él alzó la cabeza, tiritando.

-¡J-Jungkook!- Ree se tiró a su lado y pasó las manos por su rostro, llevándose las lágrimas que sus ojos soltaban con los dedos pulgares.

-Ree...- Sollozó. -No me quiere...

Ella plantó el paraguas en el pasto justo a su lado.

-¿Estás loco?- Se quitó el molesto abrigo que cubría su cuerpo, quedando en un suéter rosado de lana y lo pasó con brusquedad por sus hombros. Kook cerró los ojos, e inhaló el dulce aroma del perfume floral que el abrigo llevaba. -¿Cuánto tiempo tienes aquí?

-T-Tres horas...- Susurró.

-Si Iseul es la causante de esto, yo... ¡Voy a matarla!- Sus ojos desprendían enojo al verlo tan débil.

-Te estás empapando...- Agregó sin fuerza. -Te enfermarás.

-No me importa.- Contestó ella. -¿Tú estás bien? Te ves pálido... ¿Te sientes enfermo? ¿Quieres que te lleve a algún lugar?- Ella alzó nuevamente el paraguas; esta vez cubriéndolo a él principalmente.

Jeon estiró sus temblorosos brazos a los costados de la chica, y la acercó a él en un abrazo, provocando que el objeto cayera.

-Gracias.- Susurró.

Ree correspondió algo nerviosa.

-Tenemos que llevarte a casa.

-No...

-Ah... ¿Quieres té? Tengo un termo. O... Quizá... Debo tener medicamentos en alguna parte...- Palmeó las bolsas de su mochila.

-Hay una cosa...

-¿Qué es?

-Quédate a mi lado, por favor.

-¿Eh?- Ree dejó de inspeccionar desesperadamente su bolso para prestar atención a cada una de sus palabras.

-Y...Yo... Necesito el apoyo de una amiga...- Finalizó.

La adolescente bajó la mirada, pero en un instante la alzó, tratando de cubrir su inexplicable decepción.

-Creo que hoy puedo saltarme ballet, después de todo ya memoricé la coreografía.- Dijo con una pequeña sonrisa. -Vamos.- Extendió su mano.

-No... Aquí.

-¿Quieres quedarte aquí?- Frunció los labios.

-Si... ¿Podrías?

Ree miró hacia ambos lados de la calle. Pequeñas gotas bajaban por su frente y terminaban perdiéndose en su cuello y labios, mientras que el cálido suéter de lana color rosa pastel se volvía más pesado por la cantidad de líquido lluvioso que se encontraba en él; retiró con las manos los mechones que se juntaban en sus hombros, dejándolo caer con otra parte de cabello castaño, casi negro, que mojado alcanzaba un tono más oscuro sobre su espalda.

Asintió levemente.

-Si podría.- Susurró.

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Odio como me están quedando, Dios. >.< EEEENNNN FIN....

-Yun🎀