Dos meses después.–Me alegra que todo haya vuelto a la normalidad –dijo Margot, recogiendo un largo mechón de pelo oscuro detrás de la oreja y mirando hacia la enorme casa restaurada.
Las tres chicas estaban tendidas en el césped del patio. Habían pasado los últimos días limpiando la casa de los Harris, que por fin estaba lista tras el incendio, colocando decoración nueva, y restaurando algunos viejos muebles que habían sobrevivido al incendio. La noche estaba despejada y las estrellas brillaban intensamente en el cielo. Adrianna unió sus brazos a través de Stella y Margot, acercando a sus mejores amigas. Por fin después de mucho tiempo, se sentía tranquila.
Alex se había desaparecido casi inmediatamente después de la muerte de Ágata y Silas, pero Adrianna trataba de no pensar en ello. Estaba feliz, por ahora, por tener aquella última vez con sus amigas.
Aquella era su última noche en el pueblo, era un adiós. Al día siguiente, tomaría un vuelo a París. Margot también se marcharía muy pronto a Rusia, a averiguar pequeños detalles para agregar a su investigación. Adrianna se había encargado de contarle absolutamente todo lo que pudiera servirle y ya estaba casi finalizada. Stella, por otra parte, se quedaría en el pueblo. Tenía grandes planes para la tienda de flores y estaba decidida a abrir más locales a los alrededores.
–Estoy segura de que tu investigación será un éxito, Margot –dijo Adrianna–. Parece que puedes hacer cualquier cosa que pones en tu mente. Eres maravillosa.
Las mejillas de Margot se ruborizaron ligeramente.
–Gracias –dijo, moviendo la cabeza tímidamente.
–Y tú, eres una de las mejores personas que conozco, ¿sabes? –dijo, mirando a Stella.
Stella la miró con expresión cariñosa.
–Esto es todo, ¿eh? –dijo.
Estaba sonriendo, pero sus labios temblaban un poco.
–Supongo que sí –le dijo Adrianna.
Con una aspiración, Stella se arrojó en los brazos de Adrianna y la abrazó fuertemente.
–Creo que te echaré mucho de menos.
Después de un fuerte abrazo, Stella retrocedió, pasando una mano rápidamente bajo sus ojos.
–Yo también.
Adrianna se estiró y tomó la mano de Stella por un momento, apretándola con fuerza. Trató de memorizar la sensación de la mano pequeña y fuerte de Stella que la agarraba. Ella recordaría aquello por siempre. Recordaría el rostro abierto y honesto de Stella y la inteligencia e ironía de Margot.
–Adrianna –susurró Stella–. ¿No has vuelto a saber de él?
No hizo falta que dijera su nombre. Ella sabía a quien se refería sin que hiciera falta. No le gustaba hablar del tema porque arrastraba tantos terribles secretos que le estrujaban el corazón y la hacían querer llorar.
–No.
–Adrianna –susurró Margot, alzando la mirada a través de las cabezas de las otras chicas.
Adrianna siguió el rastro de sus ojos. Jack estaba junto a la puerta de la cabaña. Margot y Stella intercambiaron una mirada.
–Los dejaremos a solas para que hablen –dijo Margot, levantándose del suelo–. Tomate tu tiempo.
Entraron a la casa en silencio y Adrianna caminó hacia Jack. Se miraron sin decir palabras unos segundos, hasta que él finalmente habló.
–Supe que te vas mañana. Quería tener la oportunidad de despedirme esta vez –sus labios se curvaron en una media sonrisa–. Y quería disculparme por lo que hice con Jennifer... Estaba dolido y resentido, y... fui un imbécil. Yo...
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Saga Oscuros - El Lado Oscuro De La Luna
Teen FictionMe han dicho que soy una sobreviviente. Dura, hermosa y peculiar, pero la verdad es que la mayoría de las veces no sé quién soy. No sé cómo permití que la oscuridad creciera dentro de mi. Solo sé que en lugar de luchar, como debería haberlo hecho...