Capitulo 5

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Adrianna se recostó en la bañera, sumergiendo su cuerpo en el agua caliente. Después de viajar hasta Heaven Falls, y de la fiesta, estaba agotada. Apoyó la cabeza contra la bañera y cerró los ojos mientras trataba de encontrar algo parecido a la paz a la que estaba acostumbrada después de vivir por tres años sola. Después de bañarse, se dirigió al dormitorio, donde se puso una camisola blanca. Tardó unos veinte minutos en terminar de desempacar y enderezar el dormitorio, y una vez terminado, esparció una capa de sal blanca y sal negra que había hecho antes de salir de la ciudad, alrededor de la casa.

La sal tenía muchos usos. Solían teñirla de negro, amarillo, verde o azul. Cada color tenía un hechizo diferente asociado con las propiedades mágicas de la sal. La sal negra que colocó la protegería de cualquier mal que quisiera hacerle daño, y la sal blanca alejaría a personas con malas intenciones si se acercaban a la casa.

Estaba a punto de apagar la luz del salón cuando escuchó un ruido en la puerta. Se acercó, mirando a través de la cortina para ver qué había allí. No estaba segura de lo que esperaba, o si esperaba una respuesta real cuando preguntó quién estaba allí. Finalmente abrió la puerta para ver mejor y se paró en el umbral. Forzó sus ojos a ver a través de la oscuridad de la noche. La mayor parte de la propiedad estaba iluminada por la luna. Sin embargo, aquella área estaba sombreada por árboles y arbustos. Entonces escuchó un grito que provenía desde la zona donde empezaba el bosque.

Su cuerpo se puso alerta de inmediato, agudizando el oído. Había sido apenas el aullido de una voz femenina. Pensó, con desesperación, que tal vez alguien necesitaba ayuda.

–Maldición –gruñó, haciendo una mueca de dolor cuando pisó una ramita mientras comenzaba a caminar hacia el bosque.

No solía ser una persona extremadamente caritativa o empática, pero aquel grito sonaba como alguien verdaderamente aterrado.

Dio algunos pasos antes de sentir la oscuridad; una ráfaga de poder demasiado familiar la atravesó y se congeló en el lugar. Había sentido esa energía familiar unas cuantas veces. La primera vez, cuando tenía quince años, después de perder a su abuelo. Había estado afligida y había sentido el primer tirón hacia la oscuridad. La segunda vez fue justo antes de irse de Heaven Falls. Aquella también era una de las razones por las que se había marchado, aunque eso jamás lo pronunciaría en voz alta.

Los ancianos del consejo decían que aquellos brujos y brujas atraídos por la oscuridad, debían ser excluidos del Clan. Y eso significaba no poder ver a su familia nunca más. Por eso lo había ocultado, y se había marchado para que nadie lo descubriera. De alguna manera, se las había arreglado para mantener la oscuridad lejos de ella. Había eliminado la mancha de oscuridad y la seductora llamada del mal, y ahora sabía que lo había superado.

El viento se levantó y Adrianna sintió un escalofrío en el aire fresco de la noche. Avanzó, buscando instintivamente el origen de aquel grito. Empujó entre los arbustos e hizo una mueca cuando le rasparon los brazos. Pudo distinguir otra vez aquella voz femenina, que parecía suplicar en susurros. Empezó a dar un paso más hacia la voz y se detuvo. Parpadeó mientras miraba por detrás de un enorme árbol. La chica estaba tendida en el suelo. La reconoció apenas unos minutos después. Era Lucy Harper, habían sido compañeras en la secundaria. Estuvo a punto de llamarla, cuando lo vió.

Adrianna se tapó la boca con la mano para sofocar un grito mientras se desarrollaba la escena. Una especie de forma oscura se cernía sobre Lucy. Parecía resurgir de la misma nada e irradiaba tal energía, que Adrianna sintió un estremecimiento en todo el cuerpo. Observó con horror cómo Lucy, tendida en el suelo, sollozaba cada vez con menos fuerza. Su piel se iba volviendo poco a poco más pálida, con delgadas grietas que se extendian por todas partes. La luna apenas iluminaba el espectáculo de terror surrealista y silenciosamente dió un paso hacia atrás, solo para cerrar los ojos ante el sonido ensordecedor de su pie aplastando un montón de ramitas.

Saga Oscuros - El Lado Oscuro De La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora