Es la quinta vez en la noche donde Jeon se deja caer a un lado de su dulce chica, la acorrala entre brazos mientras siente las caricias que Lalisa le proporciona por todo el fuerte pecho. La siente temblar bajo su tacto, pero solo es producto de los intensos orgasmos que su pequeño cuerpo está soportando.
– Kookie. – le llama para intentar encontrarse con sus ojos.
El hombre baja su vista encontrándose con esos enormes y bonitos ojos grises mientras el pequeño rostro es toda una obra de arte que él se ha encargado de potencializar, sus labios inflamados o ese ligero tono rojizo de las mejillas por toda la actividad física que han hecho durante la noche.
Lisa se siente totalmente cansada, pero aun no puede dormir hasta que su amorcito cumpla con su capricho.
– Conejito. – opta por usar todos los llamados melosos con el que Jeon suele responder.
Sabe que su novio es un tipo rudo, y eso es lo que le encanta de él, su fachada de chico elegante y malo. Pero también tiene muy en claro que se pierde cuando lo tiene sobre su cama.
– ¿Qué es lo quiere mi gatita?. – le acaricia el pequeño rostro mientras ve el cuerpo desnudo de la pelirosa intentarse levantar para hacer lugar encima de él.
– Quiero otra ronda. – dijo una vez que lo tiene abajo suyo y colocar sus tibias manos sobre los pectorales de Jungkook.
La vista que tiene desde ese ángulo es grandiosa, desde el largo y pálido cuello, las clavículas prominentes hasta los redondos senos que recorren su estrecha cintura. La perfecta silueta de un reloj de arena, Lisa tiene todo lo que podría volverlo aun más loco.
– Insaciable mi pequeña flor. –lo que le hace perder la cabeza es exactamente la sonrisa de la mujer que tiene frente. Es como tocar el pecado entre sus manos, destruir la inocencia de su mujer y con ello, aun así, conseguir que le sonría de la manera más calmada.
– Quiero hacer leche con chocolate oppa. – el pelinegro levanto la ceja escuchando con atención su petición. Parece justo que después de servirse de ella su adorada flor reciba lo que quiere.
– Así que he traído chocolate. – estirándose un poco sobre su buró Jeon ni siquiera había notado el frasco que contenía chispas de chocolate. Estuvo tan sumido en su propia satisfacción que el lugar se podía ir a la mierda.
– Quiero leche con chocolate en mí. –
¿Cómo un pedido como esos podía escucharse tan inocente? Lisa es capaz de ello.
Se ha olvidado de las extrañas gestiones que su mujer a veces suele solicitar, no siempre, pero Lisa lo hace para sentirse más cerca de él. Esos extraños fetiches vienen cuando se han separado por un tiempo considerable.
– ¿Y la leche? ¿cómo planeas hacerlo? – Lisa se inclinó para besarlo y así hacerle saber que tiene todo preparado.
– Solo relájate amorcito, ya tengo todo listo. – Jeon no dijo otra palabra para volver a colocar su cabeza sobre la suave almohada.
– Todo lo que esta receta necesita está aquí. – lo señaló.
– Y aquí. – Las delgadas manos de la pálida tomaron el grueso pene de su novio para sonreírle tan hermosamente que Jeon lo entendió todo. Lisa jugaría con él, ese rol de repostera le esta matando.
Lisa lucía realmente sexy cuando habla de cocina
– Ahora, lo primero que debemos hacer es encontrar un recipiente para depositar nuestros ingredientes. – le miró mientras eleva su dedito punteando cada palabra. – Yo seré el recipiente. – se señaló a si misma para dejar un húmedo besito a su noviecito. – Después, necesitamos un batidor para mezclar nuestros dos ingredientes. – colocó su dedito sobre su gordito labio, ella está pensando.
– Ese serás tú mi amor. – se inclinó nuevamente para dejar otro beso.
– Finalmente colocamos el chocolate en el recipiente. – abrió el frasco para tomar un puño de esas chipas de chocolate y dejar el bote nuevamente en el buró. – Ahora cierra los ojos cariño, me da penita que veas esto. – Jeon rio airado, pero no desobedeció porque al final es el juego de su gatita.
Lisa una vez se cercioró de los ojos de su conejito estar cerrados se levantó un poco de su posición y depositó las chispas de chocolate en su entrada dañada, Jeon la ha jodido tan bien que dejó su vagina perfectamente abierta para hacer fácil que las chispas permanezcan allí. Fue incomodo al principio, pero Lisa ya está acostumbrada a tener cosas incomodas dentro de ella.
– No abras los ojos amorcito. – Lisa bajó despacio sobre las piernas de su amado cerciorándose de no dejar ninguna chispa de chocolate fuera, inclinándose lo suficiente para lubricar de dos lamidas la gran extensión del miembro de Jungkook.
Esa acción, sentir la boca cálida y húmeda de su mujer lo hizo gruñir. – No abras los ojos mi amor. – dio la segunda lamida para centrarse en la cabeza del pene, rosada y suave. Allí lo rodeó con la lengua tres veces para que al final viera como el pene despertaba y volvía a sentirse punzante y duro. – Eres una gatita provocadora. – Lisa le sonrió al ver el torso de su hombre para levantarse y finalmente de un solo golpe adentrar el pene de Jungkook dentro de ella.
Ambos jadearon mientras las dudas se disiparon, Jeon pudo sentir donde están esas chispas de chocolate porque los picos también rasguñaron su miembro dentro de la calidez de su mujer.
– A moverse mi amor. – Lisa lo volvió a acostar para empezar el ritmo de caderas mientras ambos gemían al sentir la extraña sensación de las chispas.
Era tan extrañamente excitante que incluso Jeon tomó las caderas de la chica para agilizar el movimiento mientras sentía el chocolate moverse en el interior con cada una de sus penetraciones.
– Más, más. – gritó Lisa mientras levanta el cuello al techo.
La introspección es asombrosa, la calidez de su interior siente escurrir y derretir el chocolate, Jungkook lo está haciendo muy bien mientras cada parte de su cuerpo ser azotado al ella dar brincos que raspan su entrada y el miembro de Jungkook.
Después de unos cuantos saltos más la punzada que conoce a la perfección empieza a invadirla, al igual que él pelinegro quien siente su miembro más duro y creciendo. Está por expulsar el semen dentro de su amada, otra vez.
Y es cuando Lisa lo cabalga nuevamente cuando ve la punta de su pene llegarle al ombligo que se vacía tan profundamente dentro de ella.
– Sí... - gime recibiendo todo lo que el pene del pelinegro le proporcionada. – Es a-asombroso. – jadea mientras le importa muy poco que Jungkook la vea recibir en primera fila el placer de llenarla tanto.
Le gusta sentir su mirada.
– Pequeña gatita traviesa. – toca su mejilla siendo suficiente para Lisa y dejarse caer sobre el cuerpo ajeno mientras el cansancio la invade, importándole muy poco si aún están unidos o si el semen combinado con chocolate que no ha logrado entrar en ella esté esparcido por sus sábanas blancas.
– Tengo sueño, ya no quiero jugar. – lloriquea para moverse un poquito y encontrar la mejor posición sobre su novio como si de un oso se tratara y darle un último besito en los labios.
– Buenas noches mi amor. – le dice al alto mientras mira rápidamente el perfil de Jeon para sonreírle tiernamente
Lisa es una caja de sorpresa. Siempre lo supo desde la primera vez que la vio.