Después de tres días en espera finalmente la ojo gris se encuentra en la clínica donde revelarían los resultados de su condición. Dirigiendo sus pasos sobre los blancos pasillos de maternidad puede ver a las madres lucir sus redondos y grandes vientres.
La rubia sabe que su destino es conquistar todo a su paso. Y eso finalmente será posible gracias al pequeño que no duda carga en su vientre. Se ha asegurado de ello.
– Tu madre no será una mediocre, tu madre no se conforma con tan poco tras vivir cómodamente. Tu madre será la reina del puto mundo y tú conquistarás bajo mi dirección. –sigue caminando al consultorio con ese claro pensamiento
A pesar de ser una sociedad moderna, los códigos en la mafia coreana eran claros y jodidamente tradicionalistas. Lisa había decidido tener un hijo para que fuese legalmente el heredero de todo lo que Jeon poseía y para asegurar su posición solo se requería que ella cargase en su vientre su descendencia, asegurando se esa manera un lugar dentro.
– Felicidades, señorita Manoban, está embarazada. – la doctora cierra los estudios que confirman lo que la rubia sabe.
– ¡Estoy tan feliz!. – comenta a la mujer de bata blanca quien asiente ante el entusiasmo.
– Debe ser una gran noticia para usted y su pareja. – se atrevió a hablar
– Lo es para mí. –
Sin otro tipo de palabras las cuales intercambiar la rubia sale de las instalaciones con el sobre en mano. Tiene que esperar a Jeon volver de Japón para darle la noticia.
– ¡No puede ser!. – la rubia detuvo su actividad de decorado al escuchar el grito de su empleado.
– Jefa, ¿ese hombre no es el detective que solía visitarla? – dándole la espalda a la gran pantalla que hay en la cafetería, la de ojos grises gira sobre su eje para saber de lo que habla Susan.
– Lo es. – confirma
Todos en el lugar quedaron en un silencio abrupto. ¿Cómo era posible que la muerte rondara tan cerca a ellos? Hace no más de una semana que el hombre sonreía y parecía totalmente formal. Tras ver las noticias y la condición por la cual fue encontrado muerto ponía en duda sobre quien realmente era ese simpático caballero.
– Hay un dicho en mi ciudad que habla sobre nunca terminar de conocer a las personas y sus oscuros secretos – Ridick siguió acomodando la serie de pasteles en el mostrador mientras su comentario fue aceptado por el resto de compañeros quienes suspiraron angustiados
Solo personas involucradas a la mafia tenían ese tipo de trato y final; desde el disparo en la frente hasta desmembrar las partes del cuerpo y tirarlo en un callejón estúpidamente inseguro.
– No puedo creerlo, él siempre era tan gentil... – suspira la rubia bajo la atenta mirada de los reposteros, quienes le veían con lástima.
Ellos jamás dudarían de la inocencia en la repostera.
– ...Era una persona mala. – sus manos puestas sobre sus belfos reflejan su aflicción al suceso.
Nadie dijo nada, pero entendían el dilema por el cual estuviese lidiando la ahora rubia.
– Por suerte no nos hizo nada. – Olivia, la decoradora, miró a sus compañeros. – Solo imagínense que ese hombre planease atacarnos. – la pelirroja simuló un escalofrío. – Tuvimos el peligro tan cerca y no lo reconocimos. – concluyó.
Es así como los medios y la prensa han sacado conclusiones por sí mismos ante las pruebas. La imagen intachable que mantenía un hombre como Kim Namjoon fue borrada rápidamente al encontrar los restos de su cuerpo.
Del mismo modo, para asegurar el silencio han enviado pastes de su cuerpo hacia el padre de ese niño con un claro mensaje obligándolo a detener esa estúpida búsqueda que NamJoon volvió a abrir sobre los culpables de la muerte de su familia.
– Tengo algo que contarles. – sus empleados detuvieron su trabajo para mirar a la mujer de cabellera rubia.
Parecía que el día estaba repleto de sorpresas, primero el cambio de look de la repostera, el anuncio de la muerte del detective y ahora con esa intriga que la bajita mujer ha plantado por el brillo que se refleja en su mirada.
– Estoy embarazada. – informa
Inmediatamente los empleados la rodean en un abrazo dando felicitaciones, la situación de tensión rápidamente se esfumó. Lisa será una espléndida madre, no tiene duda.
– ¿El padre ya lo sabe? – preguntó Susan
Como respuesta la rubia negó.
– Cuando tuve a mi primer hijo me encargué de hacerlo memorable. –
Lisa, por su parte, se mantiene escuchando con atención mientras considera cada segundo más hacer algo similar. Porque al final, el anuncio de la llegada de su hijo sería especial y marcaría la vida de ambos.
Lejos de juegos de apariencias, alejada de falsas preocupaciones.