¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Grandes bolsas de joyería, ropa y zapatos fueron llevados a su piso, esta vez el premio fue grande y eso lo evalúa gracias a todos los obsequios que ha recibido de Jungkook, lo ha complacido con solo sostener el arma y matar. Su amorcito está orgulloso de ella, ha probado su lealtad confiando en que Jeon pueda ser mucho más considerado.
Coloca la música a todo volumen mientras ajusta el mandil morado a su delgado cuerpo y se dispone a preparar su más exquisito manjar. Con el tiempo ha aprendido que la carne puede conservarse hasta dos meses con un estricto método de preparación y empaquetado, se mueve por toda la estancia del taller mientras se dirige a la nevera que inmediatamente al ser abierta arrastra una capa de hielo hacia lo tibio del exterior. Lisa puede sentir sus mejillas congelarse por el cambio de temperatura.
Dentro de ese enorme y frio contenedor puede ver los sacos de carne colgando en finos ganchos cuyo plástico los mantiene limpio y en espera de ser utilizados. No quiere demorarse más de lo debido, así que decide solo usar una pequeña porción de los empaques que tiene separados en una nevera especial.
– Perfecto. – saca la bolsa de plástico entre sus manos y mira la carne roja
No tiene planeado hacer más que una charola de scones. Además, debe de darse prisa pues el horario de sus trabajadores está muy próximo a abrirse.
Coloca el saco de carne sobre la barra de metal mientras elige uno de los cuchillos gruesos para cortar la carne en cubos perfectamente medidos. El secreto de preservar la consistencia dentro de la masa es cortarla aun fría, de este modo la carne suele ser más fácil de manipular.
– Muy agotador. – limpia la primera gota de sudor sobre su pequeña frente cortando el último cubo de materia.
Los guantes que utiliza por sanidad están llenos de color carmesí, permitiéndole saber que necesita darse prisa antes de que la sangre del bulto empiece a derretirse y escurrir.
– Una última cubertura de yemas de huevo. – repite el proceso y lograr una capa sedosa
– Listo. – sonríe orgullosa
– Al horno. –
Mira el reloj sobre la pared, justo a tiempo para regresar al mostrador y esperar a sus empleados. Pero antes de salir de su preciado espacio se asegura de dejar todo en orden. No hay nada más molesto para la peli rosada que ver algún tipo de anomalía en su área de trabajo.
Cierra su taller mientras programa el cronómetro que le avisará exactamente cuándo sacar los scones del horno.
Han sido semanas agotadoras, lo único que quiere la bonita chica es tomar una larga siesta y descargar la frustración contenida en el cuerpo. El amor a veces suele ser tan intenso que supera su propia misericordia.
Está tan entretenida masajeando su cien que no se ha dado cuenta de la segunda presencia que le mira atentamente.
– Parece que no ha tenido un buen día. – Lisa se detiene abruptamente al reconocer la voz.
