Capitulo Veintitres

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Briella:

En el trayecto de vuelta a la mansión mantuvimos un pulcro silencio dentro del auto. Tanto Malcom como yo debíamos procesar el cúmulo de palabras y explicaciones que el agente —del que ahora sabía su nombre, Daniel Collins —se había tomado el tiempo de brindarnos. Estuve durante todo el viaje, pensando en el devenir de las cosas, el orden en que se habían desarrollado y lo que se avecinaba. Intenté entender, una vez más, el motivo que llevó a Pierre a secuestrarme.

— ¿Por qué? —la pregunta escapó de mis labios.

Malcom me observó por unos breves segundos antes de volver su vista a la carretera.

— ¿A qué te refieres?

Acomodé mi cuerpo en el asiento, de forma tal que fuese más cómodo para mí observar sus gestos al hablar. A lo mejor me mentía y por su lenguaje corporal lo podía descubrir.

—El secuestro. Ir hasta a Bali a buscarme. ¿Por qué?

La expresión de su rostro no varió en ningún momento. Fue como si él hubiese sabido que en el algún momento yo iba a hacer esa pregunta.

—No lo sé. En esta ocasión Pierre no reveló sus intenciones. Todos supimos únicamente lo que íbamos a hacer en Bali. El plan de acción. Pero él nunca explicó sus motivos —rascó el puente de su nariz —. Es el jefe, no tiene obligación de ir justificando su accionar a los empleados.

—Supongo que tienes razón. Tendré que averiguarlo por mi cuenta —alegué recuperando mi postura inicial en el asiento. Ya estábamos cerca de la mansión —. Hay algo que me causa mucha curiosidad.

El escolta rió por lo bajo.

— ¿Habrá algo que a ti no te de curiosidad?

—Imbécil —volví a mirar por la ventana. Gotas finas de lluvia golpeaban el cristal.

—Cuéntame que es lo que te causa curiosidad.

La gran verja que recibía a los visitantes en la entrada, se abrió para nosotros. La lluvia se estaba tornando más intensa cuando nos introducimos a los terrenos de la mansión.

—Cuando estuve de reposo en la mansión principal, Victoria fue a visitarme una vez. Según dijo, quería conocerme. Antes de irse comentó que yo era muy parecida a alguien, pero no dijo el nombre de ese "alguien". Quise indagar al respecto, pero ella prácticamente se fue corriendo de la habitación. No sé qué pensar, todo apunta a algún drama familiar.

Rodeamos la fuente de la entrada y continuamos hasta unas puertas de metal oscuro que se iban abriendo. Eran la antesala a un garaje subterráneo. El auto descendió y una larga fila de coches de distintos modelos saltaron a la vista. Era como un mini concesionario donde habían coches antiguos y modernos, pequeños y grandes.

Los mafiosos y sus excentricismos.

Bajé del auto acompañada de Malcom. Este cargó la gran caja donde iba el vestido y me guió hacia una puerta que comunicaba el garaje con el vestíbulo de la casa principal.

—Escucha, Briella. Pierre siempre ha sido muy reservado en lo que a su familia se refiere. No sé lo que Victoria quiso decir, pero te puedo dar una pista. En su despacho, hay dos cajas fuertes; una para el dinero y otra en donde guarda sus documentos familiares.

Me giré para quedar de frente a él. En esas últimas oraciones había hablado muy bajo. Necesitaba escuchar bien.

» Yo me sé la combinación de ambas, pero la habitación tiene cámaras en cuatro ángulos diferentes. No es algo que puedas hacer sola. Pero yo te puedo ayudar. Si Pierre tiene lazos con tu familia, esa caja fuerte es la única que tiene la respuesta.

Sin Retorno [Completada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora