Simplemente tu

Una simple humana

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Capitulo con contenido delicado, se recomienda discreción.

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Observo la gente pasar al mi alrededor, sintiéndome como una simple espectadora, veo familias en cada punto que fijo mi mirada, madres jugando con sus hijos, niños correteando a mi alrededor, como si de alguna manera el Universo se estuviese burlando de mi ¿Sera que es una manera de mostrar y amar lo que será mi nueva vida? Si esa es la respuesta, está fallando en el juego.

Cada risa que escucho, cada arrullo que capto solo alimenta ese demonio que poco a poco crece en mi interior, quisiera sentirme como ellas, quisiera ser parte de ellas, pero no, no logro conectar con esa parte de mi, es como si no existiera. La felicidad dejo de formar parte de mi vida cuando las desgracias se hicieron constantes, te dicen que debes disfrutarla como un vaso de agua en un desierto porque no sabes cuando se acabara. Y era feliz, a mi manera pero lo era; después de todo lo vivido con mi papá, la separación de Erick y mi adicción, sentía que por fin mi vida volvía tener sentido hasta que el destino de nuevo me golpeo. Cualquier mujer se sentiría feliz con la noticia ¿Qué esta mal en mi? Cada que pienso en ello quisiera arrancarme el vientre y alejarlo de mi. Soy egoísta. No puedo compartir mi vida, no puedo alegrarme por lo que vendrá, no se puede dar lo que no tienes ¿Cómo se hace? ¿Hay un tiempo para ello? Muchos dicen que espere, pero entre más pasa el tiempo más quisiera perderme y creer que todo es esto es una simple ilusión.

Ojalá la vida fuese una ilusión, una que manejaras a tu antojo y al despertar, todo estuviese como antes.

Mi celular suena otra vez y lo bloqueo... otra vez. Las llamadas se han dividido entre Yeimy y Erick y ahora mismo no me apetece hablar con ninguno, no cuando sé que es lo que van a decir. Mis energías no están para soportar un golpe más. Le sonrió a la gente que se acerca al reconocerme, tratando de aparentar una imagen normal, porque de eso se trata todo ¿no? De las apariencias. En esta plaza existen muchas personas que van caminando con una máscara en su cara porque en ocasiones es más fácil fingir que mostrarse realmente, mostrar lo que eres o mostrar lo que sientes porque ya sabes las consecuencias que tendrás.

Después de tres horas vagando por esta plaza que me vio crecer, decido que es momento de regresar a mi casa, en mi interior algo me dice que esto está volviendo a suceder y una parte de mi se aferra a este presente para no decaer. No de nuevo. Las batallas fuesen más sencillas si se pelearan en conjunto, pero ahora mismo mi equipo no está; tomo la fotografía que tengo en el mueble del salón y una débil sonrisa se escapa de mis labios ¿Qué pensarían ellos si estuviesen aquí? Posiblemente mi papá quisiera acabar con Erick mientras que mi mamá celebraría de la emoción y tal vez solo tal vez yo me contagiaría de ese contraste: la angustia y la alegría.

Suspiro, devolviendo la fotografía en su lugar, esta casa se siente más sola y más frías en momentos, así como estos, el silencio puede escucharse y me genera una presión en el pecho difícil de alejar. La última vez que me sucedió fue cuando murió mi padre, sentía que estas cuatro paredes me ahogaban y me empujaban a un rincón donde no había salida.

- Mantente fuerte, Irma, mantente fuerte – Me repito una y otra vez cuando siento la tentación llamarme como una vieja amiga. No quiero regresar a ese viejo habito – Sera mejor darme una ducha.

Camino sin mayor esfuerzo cuando escucho el timbre de la casa sonar, por suerte alcance a darme una ducha que calmo un poco mis pensamientos, sin embargo, la persona en la puerta era la que menos esperaba ver.

- ¡Espera! Solo vengo a hablar con vos.

- ¿Y hablar de qué? Mira, pelada, no te lo tomes a mal, pero vos y yo no tenemos nada de qué hablar – Intente cerrar la puerta, pero de nuevo me detuvo.