Vámonos antes

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Vámonos antes de que todo se desarme

Vámonos antes porque yo... no quiero odiare.

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¿Por qué se dirá la expresión de corazón roto? Tal vez se debe por la intensidad que provoca el dolor de ese amor que acaba o del deseo que no acabe, es sentir que se detiene por un segundo tratando de recordar los pasos para emitir latidos tranquilos, latidos que con cada pum, te genera una sensación de vacío en el pecho que solo quieres arrancar.

Sabía que había cometido el error de no detenerme a preguntar aquella noche y dejarme llevar por la primera impresión, como si los meses con el fuesen sido en vano y en mi hubiese ganado esa oscuridad y resentimiento que creí dejar atrás. Fui una tonta. Y era ese mismo orgullo que me prohibía buscarlo, no sabia si estaba enojada con el o simplemente era el reflejo que no quería ver; el espejo del alma siempre nos refleja aquello que tanto tememos y la imagen que me devolvía era una de la que no estaba a gusto.

Habían pasado tres noches, tres noches que se sentían una eternidad, el lado de su cama comenzaba a sentirse como tan frio como un iglú y su olor de a poco se desvanecía, lo necesitaba y a su vez, odiaba esa sensación de querer tenerlo a mi lado, me había cambiado por completo y es que al final el amor es esto, te envuelve como un abrazo cálido, te enseña lo que es amar y te destruye como un huracán. El amor no es más que la unión de muchas sensaciones y emociones que te descolocan. El cielo y el infierno.

Baje a la planta baja después de dar vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño porque cada vez que cerraba los ojos su imagen se me venia a la cabeza y ya me había cansado de llorar y su recuerdo volvía a encender la llama en mi pecho. Me asfixiaba, como si mi único oxigeno fuesen sus labios. Me serví un vaso de agua y en segundos, sentí como los cristales caían alrededor de mis pies por el reflejo visto en la ventana.

- Charly... – Susurre – Me gire para corroborar que mi cabeza no me estaba jugando una mala pasada – Estas

- No sabia si podía venir – Interrumpió – Pero creo que ya ha pasado el tiempo suficiente para que su mente se aclare. Tenemos que hablar.

- Yo... Lo siento, no sabia que aparecerías de nuevo. O que tan siquiera vendrías.

- Imagine que no querías verme, pero me tienes que escuchar, ya basta de este juego de huir y cerrarse cuando todo se torna mal. Ya te di tu espacio.

- ¿Y que es lo que tengo que escuchar?

- Que lo que paso noche atrás yo no tuve nada que ver – Relamió su labio y observe el cansancio y frustración en su rostro – Mira, no sé cómo ocurrieron las cosas, pero sé que no tengo nada que ver.

- Pero te vi... Charly y la vi a ella. La imagen no fue nada agradable.

- Lo sé, pero también sé que una vez prometí no volver a hacerte daño ¿En serio me creerías capaz de hacerle algo así a una mujer?

- Yo... - No, respondió mi corazón antes que mi cabeza lo pensara – No. Pero entendeme, ya eran varios inconvenientes con esa chica ¿Qué iba a pensar? Cualquier cosa que pasaba ustedes dos estaban involucrados.

- ¿No crees que la respuesta te las estas dando vos? No tengo las palabras exactas para decirte lo que quieres escuchar, pero soy inocente y hare lo que sea para demostrarlo. – Suspiré y caí en cuenta que esta conversación era una tontería, un error que no se debió cometer, un error que nos arrastro a esto. – Tengo vagos recuerdos de esa noche, pero recuerdo que estaba hablando con alguno de los participantes y luego al despertar estaba confundido, tumbado en un sofá que no reconocía y tampoco se como llegue allí.

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