Que hay detrás

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- ¿Me lo vas a dar o seguiremos con este jueguito? No tengo tiempo ni para ti, ni para esto.

- Pensé que ya habías dejado atrás estas cosas...

- ¿Te importa? ¿No que muy estas muy feliz con tu nueva vida?

- Lo estoy, pero también te conozco.

- Dámela y ya, cuando necesite algún consejo tuyo te vuelvo a llamar.

Mis manos temblaban y mi sonrisa flaqueaba en una mezcla entre miedo y alegría, me sentía de nuevo como aquella chiquilla de diecisiete años. Mi pasado se mezclaba con la realidad con la diferencia que esta vez seria diferente, esta vez no existiría ningún fantasma que cambiara el curso de la historia.

La noticia era algo que no esperaba y tampoco estaba preparada para ello, pero ¿Cuándo se esta realmente preparado? Todo llega sin previo aviso, los buenos momentos, los malos pesares, las tristezas, las alegrías, cada momento llega sin presentarse, son golpes, son impulsos, lo que se necesita para seguir adelante. Son los gritos de la vida que te hace saber que aun sigues presente.

Y cuando algo se va, otra ilusión siempre llega y esta vez, esa pequeña ilusión había tocado a mi puerta. Mi visita inesperada. Relamí mis labios nerviosa, sin percatarme que las lágrimas humedecían mi mejilla y poco a poco los ecos en mi cabeza se hacían mas fuerte y mas presentes.

- Estos son los verdaderos resultados ¿no?

- Pues claro, si duda, tranquilamente se lo podemos realizar de nuevo.

- No... no – Observe de nuevo la hoja en mis manos – Est-a bien. No me lo esperaba.

- Lo que no esta planeado claramente no se espera, Srta. Montoya. Le daré las instrucciones para que pida una nueva cita y la voy a remitir a los especialista ¿De acuerdo?

- Y ¿Esta todo bien?

- Estará todo bien, no se preocupe. Estará en buenas manos.

Sali de la clínica con un torbellino en mi cabeza, mis pensamientos iban y venían sin seguir una línea, eran desordenados y desconcertantes, ya no existían la posibilidad de que hacer, esta era mi nueva realidad y tenía que afrontarla. Negue con una sonrisa mientras miraba al cielo, esta vez no estarás sola.

Mientras iba camino al canal, prepare en mi mente como le diría la noticia a mi familia. Familia, todavía suena tan irreal cuando la menciono y decirlo en voz alta aviva esa emoción interna; mis pequeñas piezas rotas e imperfectas que forman ese núcleo que me da fortaleza, alegrías y amor. Esta vez no estaba sola porque tenia aliados que me acompañarían en todo momento. Y cada vez este grupo se hacía más grande.

Antes de entrar al canal, celebre con una mirada al cielo, podía sentir su alegría y su emoción por esta noticia, quería que estuviesen aquí, pero, aunque en ese momento no lo entendía, se que toda partida viene con una lección y aunque no era necesario, su ausencia trajo aprendizaje, trajo momentos y trajo algo más. Me costo entender y aunque lo extraños, se que, en cada risa, en cada felicidad, en cada paz... como estrellas en la más oscura de las noches, siempre estarán presente.

En el canal todo era un caos, los técnicos corrían de un lado a otro terminando de preparar todo, los nervios y la euforia se podía sentir en el ambiente. Al ser el penúltimo programa, las emociones era como estar en una montaña rusa. Llegué directa a los camerinos para prepararme, ya iba con retraso, tuve la suerte de no encontrarme con Charly porque no iba aguantar preparar algo especial para contarle.

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