Una nueva vida

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- ¡Cuidado con el perro, mijo! – Se escucho un pequeño aullido del cachorro que fue lo que nos trajo a todos de nuevo al presente. Eric miro a su papá y llevo la mirada al perro que había caído inconscientemente en el sofá.

- Feliz navidad ¿No? – Dijo Vane con una sonrisa nerviosa.

Irma estaba entre la risa y el llanto, la conmoción por la buena noticia y podría entender ese sentimiento. Estaba conmocionada también. ¿Seria abuela? ¿Tan pronto? Mire a Charly tratando de reprimir una risa y eso me contagio pero no era capaz de ser la que rompiera el silencio de la habitación, sin embargo, alguien tenia que hacerlo.

- Pues, felicidades, mi amor, no esperaba que me hicieran abuela tan rápido.

- Tan rápido como el padre, eh. Felicitaciones mijo – Ninguno de los dos decía nada e Irma solo asentía a lo que se le decía - ¿Entonces que? ¿Seguimos celebrando? Que esto se torno tan silencioso como un velorio.

- ¿Te sientes bien?

- Si, Yeimy, gracias. Creo que es una noticia demasiado grande para procesar ahora. Iré a hablar con Eric permiso.

Deje escapar un suspiro, dándole un apretón en su hombro como señal de apoyo. No se veía del todo bien y la cara de mi hijo expresaba de todo un poco en cuestión de segundos.

Sentí las manos de Charly tirar de mi cintura para luego rodearme con sus brazos, repose mi cabeza en su hombro, dejando mi mirada fija en nuestra familia. Por suerte, los presentes que quedaban rápidamente buscaron otro tema de conversación, dejando lo sucedido a un lado.

- ¿Entonces que, princesa? ¿Preparada para ser abuela? Así dejaras al intenso ese del mini Juancho – Lo recrimine con la mirada y le di un golpe en su costado que lo hizo jadear. – Era broma, amor.

- Yo no los vi bien, Charly.

- Tranquilízate. Están así porque no se lo esperaban, nadie se lo esperaba pero estarán bien – Dejo un beso sonoro en mi mejilla – Nos tienen a nosotros ¿o no? Seremos los mejores abuelos.

- Estas emocionado con la idea ya ¿Verdad? – Solté una risa bajita, mirándolo brevemente de reojo – No te imagino como abuelo, sin ofender.

- ¡Oigan a mi tía! seré el mejor ya veras – Sus besos continuaron siendo repartidos por cada centímetro de mi piel – también diría que me antojaron de tener un propio – Finalizo mordiendo el lóbulo de mi oreja.

- Pues seguí soñando, imbécil. Ya te traigo al tuyo para que se te quiten las ganas.

Charly soltó una carcajada y me siguió reuniéndonos con los demás. Irma y Eric se nos unieron a los pocos segundos y se que no fui la única que sintió las cosas tensas entre ellos. Charly me dedico una mirada y con reproche, asentí. Les daría el tiempo suficiente para que aclararan las cosas por su cuenta, sino, actuaria. Nadie me iba a impedir estar allí para mi hijo por muy grande que sea.

El tema pareció quedar en el olvido o por lo menos todos intentamos no volver a tocarlo, las bromas de Charly continuaron y las conversaciones siguientes se tornaron agradable. El sueño ya estaba llegando a mi así que busque a mi prometido para sentarme en su lado y recostar mi cabeza en su hombro, absorta en mis pensamientos me quede persiguiendo las líneas de los tatuajes que tenia Charly, era increíble como un simple tanto lograba que se sintiera una conexión tan fuerte. Éramos como dos imanes. Nuestras almas siempre tiraron entre si aun cuando no queríamos. Sus palabras regresaron a mi mente y sonríe a medias ¿Cómo hubiese sido formar una familia con el? No podía concebir la idea de volver a ser madre de nuevo, con todo lo que se venia sencillamente no estaba en los planes pero, no era algo a lo que le diría que no. Conocía su faceta de padre porque se como era y como es con Vanesa, seguro fuésemos una familia ideal, con sus defectos pero hermosa, tal y como lo es ahora.

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