Simplemente tu

Extra I

Escena referencia: Enfrentamiento Yeimy y Charly contra Manin.

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Mi cabeza no daba pasó a más pensamientos, era una bola enredada lo que pasaba por mi mente. Todo pasó tan rápido que no dio tiempo de asimilarlo. Así es el tiempo; no se está del todo presente cuando en un chasquido todo cambia.

Mi respiración es irregular y aún trato de adaptarme al presente, todo parece tan lejano, como si fuese un personaje en una historia que no es mía. Que quisiera con toda mis fuerzas que no fuese mía.

Minutos atrás mi burbuja se mantenía firme, me mantenía segura, éramos él y yo... Como siempre habíamos sido y de la nada, todo cambio. Mi garganta ardía por los gritos de desesperación que salieron de mi interior y restos de vidrios se esparcían por el suelo y frente a nosotros, nuestro verdugo. Ese pasado que se negaba a soltarnos.

El único culpable que no nos dejara perseguir nuestra felicidad.

- ¿Juan? - Mis ojos no creían lo que veían ¿Realmente era él? Estaba muerto... Estaba ¿Qué era todo esto? Mis ojos vagaron con rapidez por su cara, consumiendolo, haciendo que mi conciencia entendiera que era mi pez.

Antes que pudiese decir algo más, vi el reflejo de Manin levantarse nuevamente, empujando a Juan de mi lado. Un desesperado no salió de mi garganta mientras me interponía entre el y su verdadero final.

Lo que no imaginé, es que mi verdadero final ocurriera segundos después; cerré los ojos en el momento que su arma apunto directo a mi corazón, sin embargo el eco vacío de la bala se escuchó pero el dolor nunca llegó. Abrí mis ojos para corroborar que estaba a salvo y justo para captar como Manin caía en la fuente a causa de un disparo emitido por Ligia.

Sin embargo me negaba a ver a mi alrededor, apreté mi mandíbula con fuerza mientras el dolor en mi pecho quemaba como una hoguera que arrasaba con todo a su paso. Sentía su peso en mis pies, no quería que fuese real. Él no.

- ¡Charly!

Ahogue un sollozo mientras escucha los quejidos a mis pies y tomando todo de mí, baje mis ojos para encontrarme a mí hombre envuelto en un mar de sangre a su alrededor mientras sus ojos buscaban con fuerza los míos.

- ¡No, no, no! ¡Charly, que hiciste! - Mis manos se juntaron con las suyas, intentando frenar el derrame en su costado, pero nada surgió efecto. La bala nunca llegó porque Charly se atravesó antes que eso pasara, me salvó... De nuevo, me salvó - Resiste por favor, tú no...

Su mano acariciaba con debilidad mi mejilla mientras su respiración poco a poco amenguaba. Negaba repetidas veces con mi cabeza, no se podía ir, no él.

- Ya eres libre, princesa - dijo con voz queda - Se acabó la pesadilla. Cumplí mi promesa - Tosio, tomando poca fuerza que le quedaba.

- Que promesa ni que promesa, deja de decir bobadas y resistí. Ya viene la ayuda, tienes que aguantar, Charly...

- Gracias por salvarme, princesa - suspiro - Es momento que seas realmente feliz.

- Charly... Charly, amor, no por favor, abrí los ojos - Mi cuerpo tembló cuando sus ojos peleaban por cerrarse - No me podés dejar, no podés pedirme eso cuando no luchas por quedarte.

La culpa era un veneno que te comía en segundos. El arrepentimiento me envolvía y solo quería regresar el tiempo para dejar de perder el tiempo ¿Irónico, no? Solloce dejando un beso en su frente, rezando por un milagro; ahora no valían las discusiones, las peleas sin sentido... El orgullo, nada de eso importaba cuando lo único que quería era tenerlo de nuevo a mi lado.