Tan enamorados (Especial San Valentin)

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Me estire mientras mis ojos se acostumbraban a la luz de un nuevo amanecer, sintiendo esa falta de calor de la que ya estaba acostumbrada. Seguramente en mitad de la madrugada me di vuelta, alejándome de mi hombre.

Al sentarme, lo observé dormir profundamente, sintiendo esas cosquillas en mi interior que se alborotaban con solo una mirada. Lo habíamos logrado, superamos los obstáculos y aquí estábamos.

Me acerqué con cuidado, apoyándome en mi brazo mientras que con mi otra mano dejaba sutiles caricias en su pecho, acompañado de cortos besos. Sonreí cuando capte su sonrisa lobuna; guíe mis besos por su cuello hasta llegar a su mejilla, besando cada parte que amaba de él: su nariz, su barbilla, sus ojos y por último, lo que me hacía suspirar cada vez que me tenía... Sus labios.

- Mhm, alguien amaneció muy amorosa ¿No? - Con los ojos cerrados, su mano comenzó a dejar suaves caricias en mi cadera mientras yo seguía con la tarea de despertarlo a besos - Buenos días, mi reina.

- Siempre sos vos quién me despierta. Hoy quería hacer las cosas diferentes - Respondí, apoyando mi mano en su pecho para posar mi barbilla - Te amo.

- ¿Estoy soñando? - Se carcajeo con la voz aún ronca.

Me encogí de hombros, reconocía que no era común que fuese por allí demostrando con palabras lo que sentía, pero ese día me sentía distinta y no, no era por la fecha.

- Me gusta decírtelo a veces. Sé que lo sabes, pero - Subí mis hombros nuevamente con timidez - Ya no me da miedo aceptar y decir en voz alta lo que siento.

- Tu mirada siempre me lo ha dicho todo, tus acciones... Sobre todo tú cuerpo - Mordió antes de dejar un beso en mi cuello y mi cuerpo reaccionó al instante - No necesito las palabras cuando tus actos lo dicen todo.

Acaricié su mejilla y tome sus labios dulcemente, perdiendonos en un beso de la mañana, enamorándome un poquito más.

- ¿Nos vamos a bañar?

- ¿Vamos a compartir baño? Esto si no me lo esperaba.

- Ay, tan bobo. Cómo si fuese la primera vez.

- Claro que no, princesa. Recuerdo como me aruñabas en aquel baño del hotel de París - Me guiño un ojo y le lancé un cojín.

- Idiota - Con Charly no podía dejar de comportarme como una adolescente, incluso en ese ámbito. Capaz se debía a todo el tiempo que perdimos. Estamos recuperando el tiempo - ¿Venís? Que estoy a nada de cambiar de opinión.

- Voy, voy.

La ducha tomo más de lo esperado, la falta de agua caliente fue la que nos expulso de la ducha porque nuestros cuerpos no tenían la intención de soltarte por los momentos. Entre besos nos vestimos y nos alistamos para lo que sería los planes de hoy.

Hoy sería un buen día.

- ¿Pasa algo, mijo?

- ¿Por qué lo preguntas?

- Por la manera que nos estás mirando

- No me acostumbró verlos tan enamorados.  Menos a mi mamá así - Me señaló de arriba abajo - Con Juancho era feliz pero es que ahora, es diferente...

- No arruinemos la mañana mencionando a ese - Le respondió tomando una tostada, mientras me servía café.

- Ay, Charly - Rodé mis ojos, habían pasado meses y aunque aceptaron retomar su amistad, aún existía cierto recelo - Para mi también es raro, mi amor. Siento cosas que no se pueden explicar - Lo mire - Pero soy feliz.

- No, si es que eso se nota. Nunca dejas de sonreír. No te preocupes, pa, que no lo decía por mal, es gracioso pero estoy feliz por ustedes

- ¿Ya tienes planes para hoy?

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