Sebastian Stan. Chris Evans. |𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒, 𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀|

21. Sebastian Stan/Chris Evans.

note: si algunx de ustedes está pasando por algo similar, hablen con alguien de confianza, aun si no lo han confirmado y solo lo sospechan, hablen, es mejor que lamentar después.
note 2: tiene pronombres femeninos, so, si hay algún hombre, lo siento lo siento, recién me di cuenta de que creo que hay hombres que leen, haré algunos con pronombres neutros o con pronombres masculinos para ellos. es todo, jsjs, lean <3

Él estaba seguro de una cosa, ella tenía que ser suya, la amaba, y verla desde lejos y en las sombras era algo que simplemente no le gustaba más, debía acercarse y hablar con ella, debía abrazarla, sentirse cerca, sentir que ella lo amaba también, y estaba convencido de que ella también sentía cosas por él. 

—Buenos días, ____—saludó Christopher cuando ella entró al departamento que compartían los tres, ella, Stan y Evans. Había sido una idea absurda para algunos, pero se sentían cómodos, y el costo del departamento no era tan caro ahora que ellos se compartían los gastos de su hogar. 

—Buenos días, Chris—regresó el saludo, pero con poco ánimo. Se dejó caer en el sofá, mirando hacia el techo. 

Evans se acercó a ella, levantó la cabeza de la chica, se sentó, y colocó la cabeza de la chica en sus piernas. 

—¿Qué te pasa, ____?, ¿por qué llegaste tan pronto?—preguntó con verdadero interés. 

Suspiró. 

—No tuve clases, por eso llegué a tiempo—respondió—. Me siento mal, Chris. Impotente, sé que soy inteligente o jamás hubiera conseguido la beca, pero... creo que de nuevo estoy en esta etapa, ¿sabes?, no como bien, duermo tarde, siento que las tareas son demasiadas, y ya me estresé horrible con todo, cumplo, pero, mal o tarde, y siento que es demasiado para mí. 

Evans comenzó a repartir caricias en la cabellera de la castaña, sabía muy bien que aquellas crisis llegaban cada cierto tiempo, y que era cuando peor le iba en la escuela, en la vida, en el trabajo, en todo. Sebastian trataba de hacerla sentir mejor con sus bromas o con algunas otras cosas, pero, era difícil que realmente se sintiera bien, era difícil, a veces solo comenzaba a entregar a tiempo, de nuevo sus tareas eran entregadas de forma correcta, dormía bien, y comía de poco a poco hasta volver a su alimentación normal; se curaba sola, y de golpe. Era difícil entenderla.

—Hermosa, sé que esto pasa a veces, pero, sabes que saldrás, te ayudaremos con tus tareas—le sonrió, se acercó y besó su frente—. Estamos para ti, preciosa. 

 —Gracias, Chris. Eres el mejor—sonrió un poco y después hizo un puchero—. Te amo. 

Se puso rojo. Ya era normal que se dijeran "amor", "te amo", y más apodos cariñosos, pero, no podía acostumbrarse todavía. Nadie sabía, eso era obvio, un poliamor era algo bastante polémico. Y Chris y Sebastian habían decidido no decir nada. 

—Bueno, en parte es fabuloso que estés aquí, podremos aprovechar el día contigo, preciosa—le murmuró él, se acercó a su rostro, y la besó. 

—Amo cuando no hay clases—respondió ella en un susurro, para después, volver a besarlo. 

Los ojos curiosos de aquel ser miraban la escena con furia, estaba molesto, celoso, furioso. Sabía que estaban jugando con su mente, sabía que ella era de él, pero, ellos le habían metido tantas cosas en la cabeza, que ahora no recordaba a quien amaba de verdad. Sebastian y Christopher la estaban manipulando, ella jamás hubiera aceptado tener una relación con ambos... ella era pura para él, ella era todo para él. Y volvería a estar en sus brazos, aunque tuvieran que caer otros. 
Estaba por irse, quería alejarse de ahí de una vez, no le gustaba ver como corrompían a su princesa, pero, entonces vio llegar a Sebastian, con un paquete que contenía chocolates, o eso parecía. Negó con la cabeza, ella odiaba los chocolates por la tarde y mañana, solo los disfrutaba por la noche, él la había visto comerlos solo en ese momento del día, en la noche.