2. Sebastian Stan

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La latina estaba quieta, con cierto temor en ocasiones, porque, al final, tenía un arma en la cabeza. Le estaban apuntando, y amenazaban con matarla si el castaño de enfrente no les entregaba el celular en donde venía información importante para ellos. Información del presidente, que le había confiado a él, porque creyó que nadie pensaría en que el rumano la tuviera. Pero, lo habían escuchado hablar de ello, y ahora, no había salvación, no para ella. Él tenía una opción, podía huir, poner aquel aparato en un lugar seguro, pero, ella moriría. Y no quería que la chica de quien se había enamorado muriera. 

—Tú decide, el celular, o la vida de la chica—volvió a dejar en claro el hombre. 

—Suéltala, por favor. Podemos arreglar esto entre nosotros—le respondió mirando con temor a la chica—. Ella no tiene nada que ver en esto. 

Él rio. 

—Eso crees, tú. Ella sabía que tú tenías ese aparato, y no nos dijo nada, cuando le preguntamos, dijo que no sabía nada... ahora creo que debes saber que nos mintió, y nosotros no toleramos a las mentirosas. 

_____ miró con temor a Sebastian. 

—No se lo des—ordenó—. Corre. 

El hombre tiró del cabello de la chica, haciéndola quejarse. 

—Ya, deja de hacerle daño—pidió Sebastian con voz molesta—. Ha mentido porque en ese momento no sabía nada, se enteró hasta después, lo juro. 

El hombre golpeó a _____. Terminó en el suelo, de rodillas, y quejándose, pero no llorando. Ella no quería llorar, no frente a ese idiota que quería la información para dañar a la nación de Estados Unidos, aunque no le afectaría directamente, ya que no era de ese país, pero igual, había gente que quería en ese lugar. 

—Morirá si no me das el teléfono—sentenció por última vez, apuntando de nuevo a su cabeza. 

—Yo decido cuando morir, imbécil—le dijo ella, sorprendiendo a ambos. Se levantó, y en un movimiento muy hábil, le quitó el arma. Ahora ella le apuntaba a él—. Al suelo. 

El hombre, molesto, se hincó. La miró desde el suelo con furia, ¿cómo es que esa chica le había quitado el arma de ese modo? 

—Agente Smith. Del FBI, te metiste con la persona equivocada—le disparó en el brazo—. Quedas arrestado. 

En seguida, muchas patrullas y dos camionetas blindadas llegaron al lugar, en donde terminaron de someter al hombre, y lo esposaron, listos para que tuviera el castigo que se merecía. 

—Me impresionas... al final sí eres una mentirosa— dijo él con una voz un poco apagada—. Creí que yo podía cuidarte, pero, resulta que siempre me cuidaste tú a mí. 

—Solo un poco—se acercó a él—. Gracias, pero debo irme, tengo trabajo que hacer. 

Le acarició la mejilla, y luego de depositar un beso en la mejilla del rumano, se subió a una de las camionetas, dejándolo solo, igual que al inicio. 

—¡CORTE!—gritó el director. 

Todos sonrieron, la escena que habían repetido más de tres veces, por culpa de los nervios de ____, al fin había estado lista, y su actuación fue cien por ciento convincente. Nadie notó sus nervios, y no actuó como siempre actuaba frente a Sebastian. Asustada, o nerviosa y tímida. 

—Oye, estuviste perfecta—le dijo el rumano acercándose a la chica—. Eres increíble. 

—Gracias—respondió tímida—. Espero que haya sido... 

—¡SEBBY!—gritó la novia del rumano entrando al set. Inmediatamente, él corrió a saludarla, dándole un beso apasionado y necesitado. 

—convincente...—terminó. Aunque ya nadie la escuchaba. 

Era la última escena, así que, se despidió de todos, menos de Sebastian. Tomó todas sus cosas, y caminó hasta la salida. Estaba cansada, había grabado mucho, y ahora mismo quería descansar.
Además, mentiría si dijera que no se encontraba triste por lo ocurrido con Sebastian. Llevaba enamorada de él desde que lo conoció, y trabajar con él fue difícil, casi siempre debía repetir las escenas, además, en sus personajes había una clara tensión, ya que, ambos personajes se amaban, pero, eso no estaría en pantalla hasta la segunda película, si es que la primera tenía éxito. 

Estaba caminando, quería llegar a su casa lo más pronto posible, para poder deprimirse con helado, música, pero, también, quería dormir un poco. 

Sin embargo, antes de que llegara a la siguiente calle, un auto negro se detuvo junto a ella. 

—¿Quieres que te lleve, ____?—preguntó Sebastian con tono serio—. Siempre quieres caminar, pero... está algo lejos tu casa. 

La latina asintió. 

—Sí, gracias—se subió al auto con mucho nervio. La verdad, Sebastian siempre la vio como una chica tierna y dulce, pero, le molestaba que fuera algo indiferente con él, con cosas como, por ejemplo, no despedirse. 

Se colocó el cinturón de seguridad. Miró al frente, y cuando Stan arrancó, sintió todavía más, el nervio recorrer todo su cuerpo. 
Lo quería mucho, pero jamás fue buena demostrando amor, ni a su familia, por lo que, si de por sí ya era bastante reservada, lo sería un poco más con el rumano, porque tenía novia. 

—_____—la llamó—. Quiero saber algo. 

Ella asintió. Siendo incapaz de hablar. 

—¿Por qué te caigo tan mal?—preguntó con un tono serio—Quiero decir, he tratado de ser bueno contigo, te apoyo en lo que puedo en cuanto a la actuación, pero, parece que quieres evitar tener contacto conmigo, y eso me hace sentir mal de alguna forma. ¿Qué te hice?

—Seb, no es que me caigas mal—comenzó—. Solo, respeto. 

El actor la miró frunciendo el ceño. 

—¿Respeto? 

—Sí. No quiero parecer una mala persona, y definitivamente no quiero problemas con tu novia. Así que, prefiero mantenerme al margen, Sebastian. 

Él paró en un semáforo. 

—_____, creo que estás algo confundida con eso. Respeto no es lo mismo que ignorar, ¿sabes? Siento que en verdad estás molesta conmigo, y ahora me dices que es por eso, pero, no entiendo. Alejandra nunca se pondría celosa de ti, eso es obvio, es decir ella es... 

Dejó de hablar en cuanto notó que, el tono, y la frase en sí, no fueron las mejores. 

—Entiendo...—murmuró. 

—No, _____, no era para que te sintieras así. Quiero decir que, ella sabe que la amo, no se pondría celosa... 

—Quiero bajarme, Seb—pidió con voz apagada. 

Sebastian, sabiendo que había hecho mal, estacionó el auto cerca de una banqueta. Se mantuvo en silencio, pero, quería disculparse. 

—Escucha... 

Ella lo interrumpió. 

—Me enamoré de ti, Sebastian—confesó. 

Hubo silencio. Nadie habló, ninguno de los dos podía. Ella se sentía humillada, y él no sabía como reaccionar. 
La latina vivía hablando maravillas del actor, pero solo con gente que no lo conociera en persona, porque moriría de vergüenza si alguien le contase a Seb, lo que decía de él. 

—Por eso me alejo, porque no quiero alimentarlo. 

—_____—murmuró. 

—Adiós, Sebastian—se bajó del auto, y continuó con su camino a casa. 

F I N 

Amixes, espero que les haya gustado uwu. 
Por cierto, si quieren leer algo romántico, los invito a leer mi novela original "David". Se encuentra en mi perfil, y tiene un poco de todo, espero que les guste. <3 

Gracias por la lectura. <3 


Sebastian Stan. Chris Evans. |𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒, 𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora