Me despierto alarmada por haberme dormido cuando Will me advirtió que no debía pero me calmo al ver que la nave sigue su rumbo, miro por la ventana enorme y todo está oscuro con varios puntos blancos, pasan varios meteoritos a la lejanía y son enormes. Ya no veo ni la tierra ni ningún planeta cercano a esta o conocido para mi, siento que estoy en medio de la nada y me pregunto porqué con tantos avances tecnológicos en la Tierra nunca se ha descubierto vida más allá de la Tierra. — ¿Me escuchas? — Se escucha débilmente la voz de William por mis cascos
— Sí, ¿ocurre algo? —
— No, solo quería comprobar que todo estuviera bien, ¿No te has dormido verdad? —
— No — miento
— Bien, de momento vas a la velocidad de la luz — ¿Cómo?
— Sí, no lo notas, obviamente —
— ¿Cómo es posible que no se rompa la nave? ¿Y la ventana? —
— No son materiales terrestres y hay cosas más importantes que saber por ahora, cuando llegues aterrizarás en un aeropuerto abandonado, está no muy lejos de la capital Kila, de Sewer, donde te esperan —
— ¿Por qué un aeropuerto abandonado? —
— En ningún momento te dije quien te esperaba —
— Quieres decir que puede que haya sido invadido ya por los mutantes —
— Es muy poco probable, pero por tu seguridad debes de ocultarte hasta ponerte al tanto de todo, no confíes en cualquiera ahí —
— Lo sé, lo sé, no iba a hacerlo —
— Bien, debo colgar, estás apunto de llegar a la nueva galaxia —
— Increíble — digo viendo la cantidad de luces blancas a las que me acerco. Hay incluso niebla gris y naranja a mi alrededor
— Hasta pronto — lo oigo colgar, me quito los cascos para relajarme y me enderezo en mi asiento mientras bebo agua. Por un momento veo como la niebla naranja brillante y gris entran dentro de la nave, debo estar alucinando, siento que me mareo y dejo caer mis párpados.
Abro los ojos y estoy recostada sobre el hombro de Mathew — ¿Ya despertaste? —
— Sí —
— Bien, porque ya hemos llegado — miro a mi alrededor y me doy cuenta de que estaba en una nave — estamos en Valek, en el aeropuerto ya nos espera Mavius — Mavius, rey de los mutantes, entonces la reina había seguido con su plan, ir a tratar un tratado de paz con los mutantes, idiota
— Bien — veo a través de la ventana y veo que ya hemos aterrizado, bajamos y agarro el brazo de Mathew mientras veo a un hombre muy alto, con el cabello negro y un traje gris, tiene una figura aterradora, Mavius — Mavius — digo firme
— Su alteza — dice con su ronca voz inclinándose hacia mi — Es un honor tenerla aquí — la reina entre reinas y reyes, la máxima — sonríe — Y su acompañante —
— Mathew — se presenta a él mismo con una sonrisa — encantado —
— El placer es mío, acompañadme por favor — caminamos hasta un lujoso coche donde nos sentamos atrás. El coche se pone en marcha y vamos por la ciudad, una ciudad sucia donde todos parecen humanos vestidos todos de gris, el mismo gris oscuro que el cielo. Llegamos a una enorme torre negra que parece tocar las nubes, con un enorme reloj arriba, entramos con el coche dentro de su jardín hasta que se cierran sus enormes puertas de metal negro, hay muchos soldados armados. Cuando el coche para un mayordomo me abre la puerta, vestido de negro y gris, bajo sin ayuda de su mano, Mathew camina a mi lado y vamos con Mavius hasta dentro donde nos sentamos en una mesa redonda y negra cristalina. Todo es negro dentro con detalles verdes y grises, es bonito pero escalofriante, todo huele a el tabaco terrestre — Me alegra que su alteza haya decidido dialogar, en lo cierto nosotros esperábamos que lo hiciera —

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EL FIN DE LA TIERRA
FantasyEn un mundo donde ya nada es igual, donde las personas ya no se pueden distinguir, donde ya no puedes confiar, tú, T/N, tendrás que encontrar el camino de la vuelta a la normalidad e integrar en el todos tus seres queridos junto a ti. ¿Podrás lograr...