Capítulo 4: Desobediencia.

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Después de la noche loca que tuvimos Isa y yo, lo más sensato e inteligente era que yo me fuera a casa discretamente, sin que nadie se diera cuenta, en especial porque mi ropa llevaba un fuerte olor a alcohol y conociendolos en especial a la "Abuela Santa" me juzgarian a como de lugar.

Pero yo soy tan inteligente que me deje ver por mi tía Pepa, ¿Por qué tía Pepa? Muy fácil, llevo conociendo de años a todos y ellos son como mi segunda familia. Los aprecio mucho, pero creo que debería de dejar de llamarlos así, en especial si lo de Isa y yo se llegara a formalizar, sería algo muy norteño de mi parte.

Mi tía tenía el pelo rojo rizado, que lleva en una trenza y ojos verdes. Lleva un vestido naranja y amarillo, una cinta amarilla en el pelo, un pendiente amarillo en forma de sol y sandalias naranjas y marrones. Esta se nos acercó a mi y a Isabela obviamente para preguntar el porque derrepente estoy en su casita, en especial con Isa.

Buenos días, niñas.

Buenos días, Tía.. -Dijo Isabela tratando de disimular si nerviosismo, ella lo hacía muy bien, yo no tanto-

¡Mi tía favori-..! -Fui interrumpida por la peliroja-

¡No, ya no te voy hacer favores! -Se cruzó de brazos- ¡En especial porque son para ayudarte a bañar a los caballos! ¡¿No lo puedes hacer tú?! -Una nube se empezó a formar encima de mi cabeza y de esta comenzó a caer agua, empapandome entera-

¡Esta vez lo decía sin esa intención! Ya no es mi tía favorita, ahora lo es mi tía Julieta. -Acausa de la lluvia tome un poco de agua accidentalmente y como una fuente la expulse de mi boca- Gracias por el baño, tía.

Todos son tus favoritos aún que digas eso -La de orbes avellana rodo los ojos-

Primero, eso no es cierto, Toñito es mi favorito y segundo, sigue haciendo eso con los ojos y te vas a quedar visca. -La regañe-

Eso mismo digo yo -Puso sus manos encima de mi cabeza para dispersar las nubes de lluvia- Te quiero mucho.

Yo también la quiero, tía, ahora es mi favorita -Me le acerqué para abrazarla cosa que ella permitió pero fue un error. La contraria empezó a olfatear pues seguia desprendiendo el aroma a licor fuerte-

¿No huelen eso? Huele como a..

¡Huele a Nikté! ¡A eso huele! -Se apresuró a decir la azabache para tomarme de los hombros y jalarme hacia atrás junto con ella- Sabe que tía, se está haciendo tarde y _____ ya tiene que irse, así que-.. -Fue interrumpida por la pelirroja-

Pero todavía es temprano y no tiene porque irse, puede quedarse a desayunar y si lo desea después irse, no creo que moleste, ella es como de la familia.

¡Yo digo que s-..! -Mire por un momento a Isa quién me fulminaba con una mirada diciendo con esta que si aceptaba me mataba-

Ojalá fuera inteligente y obviamente..

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Me encontraba sirviéndome de comer delante de todos los Madrigal, ¿Cómo? se preguntarán, al igual que ¿Sigues viva?

Pues la respuesta a las dos es fácil. Tras haberme empapado por la nube de mi tía tuve que tomar un baño antes de pescar un resfriado, como Casita es como mi segundo hogar, tenían ropa guardada que había olvidado días anteriores o incluso años, cuando solía quedarme a dormir en Casita.

𝗜𝗚𝗨𝗔𝗟 𝗔 𝗨𝗡𝗔 𝗣𝗘𝗢𝗡𝗜́𝗔 | 𝗜𝗦𝗔𝗕𝗘𝗟𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora