Capítulo 1: Tulipanes.

3.3K 206 103
                                    

Tranquilidad, es lo único que le pido a dios, un milagro, solo uno...

Pero parecía que siempre quería llevarme la contraria, ¿Por qué lo digo? Porque gracias a los rayos de su "solecito" que entraban por la ventana invadiendo mi habitación y iluminando la oscuridad que me daba los párpados al cerrar de estos, perdía toda tranquilidad. Dormir, era lo único que te pedía, pero, no le fue suficiente con molestarme con su "sol"

Me dio una familia ruidosa y un establo casi lleno de caballos que parecían que se ponían de acuerdo para levantarse temprano y relinchar invadiendo con su ruidoso relinche mis oídos, despertandome al momento.

Así que no tenia otra opción más que levantarme de una buena vez y así hice, abrí mis ojos lentamente dejando entrar la luz a mis retinas, tarde unos segundos en acostumbrarme al reluciente resplandor del sol. Flojamente me levante de mi cama y a pasos cortos camine hacia la ventana, dejando que el sol alumbre mi cara.

Pero algo era diferente en esa mañana, en el vierteaguas de la ventana se encontraba un "Tulipan". Extrañada saque mi cabeza por la ventana y volteé a los lados para tratar de encontrar a la persona que me había entregado la flor, pero fue en vano, nadie se veía cerca, solo se veían caballos por el paisaje que daba la ventana al abrirla. Metí mi cabeza de nuevo y tome de aquella flor, la mire detenidamente para después de un momento a otro mis mejillas se volvieran de un tono carmesí intenso y que estas ardieran al pensar en el significado de aquella flor.

Trate de no darle mucha importancia, podría ser una broma y seguramente este cayendo redondita en ella. Dejé el tulipán en mi escritorio y me dirigí a mi armario para cambiarme de ropa. Ya cambiada volví al escritorio y tomé del tulipán para después bajar a la planta baja de mi casa y dejar el tulipán en un envase de vidrio con un poco de agua.

Ya con el tulipán seguro de que no se marchite me dirigí a la cocina para tomar un poco de pan y metermelo en la boca, antes de salir al campo una voz dulce llamo mi atención, en especial porque era dirigido para mi.

____, Cariño, ¿Ya te vas?

— ¡Si, ma'! Hoy quiero terminar mis tareas rápido, quiero recorrer un rato el pueblo, tal vez..

— Entiendo, ¡ten cuidado y no llegues tarde para comer!

— ¡Ya se, adiós! -Me despedí de mi madre y con un leve trote salí de mi hogar para dirigirme al campo lista para iniciar mis tareas-

Tan pronto acabe de comer mi panesito limpié las migajas de mis manos con palmadas en estas. Puse mis manos limpias alrededor de mi cadera y dando un grito comencé mis tareas.

¡ARRE BORRIQUITO! -Corri hacia uno de los caballos y dando un salto pude montarme en este- ¡USH, USH!

Así comencé mis tareas, correteando a cada caballo y subiendome a estos para llevarlos al corral, me tome su tiempo por el simple hecho de que eran un montón, pero al poco tiempo solo quedaba un caballo, era él y yo, y yo ya quería irme.

Mira, Gerbera, podemos hacer esto por las buenas.. o por las malas, tu eliges -Me le empecé acercar pero en cuanto me vio comenzó a correr de mi- Entonces, será por las malas...

Así empezó mi carrera para tratar de atrapar el caballo más rápido que teníamos, además del más inteligente por el mismo hecho de que en cuanto me veía sabia que era momento de irse a su casita. Pero todo fue nuevamente en vano, al ser el más rápido lo único que hice fue terminar cayendo al suelo boca a bajo, que vergonzoso, pero más vergonzoso fue escuchar carcajadas que provenían de la vaya que rodeaba mi hogar y el establo. Me levanté del suelo para mirar de quién se trataba sorprendiendome al notar de quién se trataba.

𝗜𝗚𝗨𝗔𝗟 𝗔 𝗨𝗡𝗔 𝗣𝗘𝗢𝗡𝗜́𝗔 | 𝗜𝗦𝗔𝗕𝗘𝗟𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora