Capítulo 10: ¡Auch!

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El ruido natural y tranquilo que emitía el día de hoy, era arruinado por los vitoreos de las personas en las gradas, algunos halagos, otros abucheos y comentarios de parte de hombres borrachos que insultaban a los competidores por sus huevos, esa era una de las razones por las cuales quería dejar de ser un jinete, ya estaba arta de escuchar lo mismo cada carrera.

Pero que se le podía hacer, ya estaba en el campo y verdaderamente no me gustaría que me llamaran "Gallina" solo porque escape de una de las carreras.

Jalaba a Gerbera de las riendas hacía la pista de salida mientras miraba a las gradas y saludaba e agradecía a uno que otro fan. Al poco tiempo una voz llamó mi atención, gritaba mi nombre en busca de hacer que me diera cuenta de su presencia, cosa que funcionó ya que al poco tiempo pare mi andar y me volteé para ver de quién se trataba. Resulto ser la canija que me llamó "Ardiente" con tan solo verme y no la culpo, yo me veo en el espejo y hasta yo misma me doy.

- ¡E-espera, _______! -Llego a mi par con su caballo detrás de ella, por como trataba de recuperar aire parecía que había corrido un maraton solo para tratar de avanzarme-

Ahora que la veo bien, ella es muy, pero muy atractiva.. esas facciones son de diosa griega, pero definitivamente, no supera la belleza de "Mi hermosa Lavanda".

- ¿Estas bien? -Me acerqué a ella levemente para verificar si estaba todo correcto-

Ella pudo recuperar el aire y al levantar su cabeza se topo con mi cara estando a unos cuantos centímetros de la suya, si se acercaba un poco más podríamos terminar dandonos un beso, pero parece que el acercamiento repentino la tomo por sorpresa, que encuanto recupero la consciencia se alejó lo más rápido que pudo y se acercó a si caballo para poder abrazarlo.

- ¡S-si, estoy bien! -Oculto su cara en el cuello del caballo pues está estaba totalmente roja- ¡M-muy bien!

- Me alegra -Le regalé una sonrisa aún sabiendo que ella no me miraba- Ey, ahora que me doy cuenta.. tienes un muy lindo caballo -Me acerqué a este para acariciar su cara lentamente-

Era un muy lindo caballo era negro con manchas grises y blancas, una muy linda combinación.

Para no hacer rara o incómoda la situación, dejo de ocultar su cara y me volteó a ver con un leve rubor en sus mejillas, en el momento que nuestras miradas se conectaron la volví a sorprender y hacer que se sonroje, yo solo rasque mi nuca un poco confundida ante la situación.

- Sabes, tenemos que ir a la pista de salida y no me molestaría ir acompañada, vengo con mi yegua si.. pero que dos más se sumen no es algún problema -Le volví a regalar una sonrisa-

- ¿D-dos más..? -Pregunto ella extrañada ante mi "erróneo" conteo-

- Tú y tu yegua. -Le levanté mi pulgar en señal de aprobación-

- ¿Yo y mi..? ¡C-claro, mi yegua, ha, ha, h..! -Soltó unas risas forzadas solo para disimular su nerviosismo. Pero ella notó mi cara de incomodidad ante sus acciones así que se puso recta y seria solo para decir- Entonces, vamos, llegaremos tarde a la salida.

- Ahh.. ¡Claro, claro! -Solte una leves risitas pues ella era linda pero extraña-

Me puse al par de ella para comenzar a caminar a el Arranquero, mientras lo haciamos platicabamos de cosas irrelevantes o pequeñas anécdotas que tuvimos cada una en nuestro entrenamiento. Mientras ella hablaba pude notar que ella lo hacía con un asento muy diferente al mío, tal vez ella era extranjera y muy apenas me iba dando cuenta.. que idiota que soy.

𝗜𝗚𝗨𝗔𝗟 𝗔 𝗨𝗡𝗔 𝗣𝗘𝗢𝗡𝗜́𝗔 | 𝗜𝗦𝗔𝗕𝗘𝗟𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora