Capítulo 2: Hortensias.

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Fluidos, algo líquido que recorría mi cara y que empababa una y otra vez está..

Un hedor, una pestilencia que llega a mis fosas nasales y inunda de su olor fétido estas..

Una respiración, un resoplar que mueve mis cabellos cada vez que le llega este aire y una que otra vez está exhalación toca con mi frente o mis párpados..

¿Qué rayos es esto? ¿Que estoy sintiendo? Esa preguntaba pasaba por mi cabeza una que otra vez, pero lamentablemente mi flojera era mayor.

Muevo mi cara levemente tratando de lo que sea que esté haciendo esto pare de una buena vez, más no consigo mi cometido, eso me hace enojar, pues ya no se puede tener un momento de tranquilidad. Desdé que cumplí los 23 me siento más anciana que mi propio Papá y eso que él ya tiene sus mechoncitos con canas, muy estético el viejo ridículo.

Ya bast-.. -Algo carnoso y baboso alcanzo a pasar por mis dientes. Ahora este baboso fluido estaba en mi boca, me arrepentí completamente de haber abierto el hosico-

Tratando de analizar lo que había en mi boca despertó mi curiosidad por ver que o quién me había regalado este asqueroso, baboso, repugnante, nauseabundo fluido en mi boca, así que de poco en poco fui abriendo de mis ojos para llavarme la gran sorpresa de que..

Gerbera había sido tan amable y generoso de llenarme la cara con sus babas, impregnarme con su asqueroso aliento y mover mi cabello gracias a su respiración, te agradezco mucho por el beso Gerbera.

Asqueada ante lo que ahora sabía de lo que había en mi boca, escupi inmediatamente las babas y saque de mi lengua para comenzar a limpiarla con mis manos desesperadamente tratando de hacer que todo rastro de saliva desaparezca. Después de sacar la saliva de mi boca limpié mi cara con la manga de mi ropa y enojada me dirigí al caballo.

¡Bendita Yegua! ¡¿Cómo te atreves a-..?! -Volvió a lamer mi cara y de nuevo había entrado a mi boca- ¡WAAA! ¡NO! ¡UUHGG! -Pude sentir como lo que había comido se me regresaba y se quedaba en mi garganta apunto de querer explotar y salir, cosa que permití y terminé vomitando en una cubeta que afortunadamente estaba alado de mi- ¡¿Q-qué diablos?! ¡Ya no se si eres perro o un caballo! -La yegua relincho- Completamente comprensible y estoy de acuerdo mi estimado Gerbera.

Solté un suspiro y me levanté de la cama de heno que había ¿improvisando? Espera, ¡¿Me quedé dormida en el establo?! ¡Con razón me desperte llena de besos, gracias otra vez Gerbera!

Levante mis brazos para comenzar a estirar mi cuerpo haciendo tronar este de vez en cuando.

Ya ni anciana soy, yo ya voy directito a la tumba y no hay nada que me de teng-.. -Mi mirada se encontró con algo peculiar que estaba colgado en la rejilla del corral, curiosa me acerqué y tome de la cosa para verla bien. Era una flor esta tenia las hojas opuestas, ovales, dentadas y acuminadas con bordes rudamente dentados, era de un color azul, que hacía juego a el azul cielo que llevaba esta, ahí me di cuenta de que se trataba de una Hortensia- ¿Eh? ¿Pero qué..?

Estaba desconsertada y a la vez avergonzada, se podía notar por el tono carmesí que llevaban mis mejillas, nuevamente alguien volvió a dejar una flor mientras dormía, ¿quién era y por qué era un ninja que no lograba siquiera percibir a la persona al dejar la flor?.

Al igual, ahora tenía otra emoción más, estaba sorprendida, puesto que tener una Hortensia se considera algo negativo aun así vino y se la dejo. Cubrí mi boca con la Hortensia y olí la flor, esta llevaba un aroma dulce e impresionante, eso indicaba que acababa de florecer y me pregunto quién puede hacer este tipo de cosas, quién sera que puede hacer florecer de la nada a una flor, quién sera.. tenía tan solo la mitad de una neurona ya que no podía pensar en quién podría ser.

𝗜𝗚𝗨𝗔𝗟 𝗔 𝗨𝗡𝗔 𝗣𝗘𝗢𝗡𝗜́𝗔 | 𝗜𝗦𝗔𝗕𝗘𝗟𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora