²² : Apuntó de un colapso.

303 38 7
                                    

Dentro de la oscuridad, siempre desplandecera una hermosa luz que de apocos logrará cubrir con su manto el dolor aportado por el frío de tonos oscuros que habituaba en su ser.

(N) era aquel oscuro ser, hecho de incógnitas y misterios que posiblemente al ser expuestas de su cuerpo pudiera lastimar algo más que ha su persona misma; necesitaba estar rodeada de un montón de personas para dejar de sentirse sóla, aún así, después de un tiempo se daba cuenta de que el sentimiento nunca desaparecía. Solamente era ocultado tras una sonrisa falsa y un montón de risas forzadas.

Habían pocas personas que lograban salvarle en aquel doloroso mundo que tanto le odiaba, algunas veces se preguntaba cómo era que ellos todavía no se alejaban. Aún después de todo, cuando se hundía en un pozo sin fondo siempre había alguien quien le extendía su mano para salvarle.

Es por eso, que en el momento en el que él apareció. Se sintió asalvo, aunque tuviera que fingir estabilidad, sabía que estaría bien con él; una de las personas correctas.

"¿Por qué estás llorando?" Su voz aniñada era inconfundible, ese era su Toñito.

Su pregunta resonó sobre su cabeza múltiples veces, buscando una razón válida del porque lloraría. No tardó mucho en parar de indigar en si misma, prefirió mentir con descaro que soltar la verdad.

"¿Llorando? Pero de que hablas, yo no estoy llorando. Es que se me metió un poquito de polvo en los ojos y pues no pude evitar lagrimear" Sonrió de lado, le costaba trabajo mantener su sonrisa pero lo logró.

"Ajá, y yo soy la virgen. Dime ahora, ¿Por qué estás en una posición fetal?"

"Porque quería hacer pipí y me senté en el suelo para aguantarme las ganas, pero me hice encima. . . Oye, ¿No quieres sentir mis meados" Preguntó con malicia, acercando sus manos al moreno de poco en poco.

"¿Sentir tu qué. . .?" Repitió. Retrocediendo de a pasitos, se detuvo segundos después tras topar con el muro.

"¡Mis meados!" Como pudo, lo tomó en brazos para poder restregarlo contra su cuerpo. Causando una risa chillona por parte de Toñito, la fauna que tenía detrás de él se puso alerta ante un peligro. (N) era el peligro.

El gruñido de Parce no sé hizo esperar, enseñado sus dientes y sacando sus garras en busca de intimidar. La mayor paro de jugar cuando el gran felino comenzó amenazantemente acercarse a ellos.

"¡Juemadre, trajiste a todo el parche!" Ahora era ella quién retrocedía, en busca de ponerse asalvo de sus animales.

"Hahaha, lo siento. Ellos piensan que me estabas haciendo daño, ¡Oigan está todo bien, solamente jugamos!" Dijo entre risas, poco después todos los animales se calmaron.

Bajo a Toñito para su mejor seguridad, nada le aseguraba que cuando se quedará a solas con alguno de ellos no le hiciesen algo. Prefirió prevenir que lamentar.

"Ahora que estoy asalvo, preguntó. ¿Tú qué haces aquí?" Le interrogó, viendo como posaba una de las ratas sobre su hombro.

"Las ratas hablan demasiado, así que como se me sea posible brindaré ayuda para poder salvar a mi familia" Con eso dicho, (N) hizo una mueca de ternura. Se acunclillo asu altura y le dio una pequeña caricia en su mejilla, acto en el cual Toñito solamente termino riéndose.

"Eres de un corazón noble y grande, valiente, muy valiente. . ." Pensó por un momento sus palabras, hasta entonces sólo había estado poniendo trabas en el camino de Mirabel. Diciendo que "No" cada vez que podía y aunque terminaba cediendo, la mayoría del tiempo terminaba huyendo, pero eso terminaba ahí. Decidida, frunció su entrecejo y sonrió de la manera más grande posible "Si tú apoyaras en lo que puedas. Entonces yo daré cuerpo y alma por está causa, vamos ayudar a Mirabel"

𝗜𝗚𝗨𝗔𝗟 𝗔 𝗨𝗡𝗔 𝗣𝗘𝗢𝗡𝗜́𝗔 | 𝗜𝗦𝗔𝗕𝗘𝗟𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora