𝗜𝗚𝗨𝗔𝗟 𝗔 𝗨𝗡𝗔 𝗣𝗘𝗢𝗡𝗜́𝗔 | 𝗜𝗦𝗔𝗕𝗘𝗟𝗔

Capítulo 5: ¡Buscando mi lugar! Parte 1

Dolor. Dolor es lo único que puedo describir en estos momentos. Dolor en mi cuello, dolor en mis hombros, dolor en mis brazos, dolor en mi espalda, dolor en mi cadera, dolor en mis piernas.

¿Enojo? También, de no ser por este idiota y unas malditas montañas que rodean mi maldito pueblo, yo ya me hubiera largado y que dios los bendiga a todos.

¿Frustración? Joder claro que sí.

¿Cacahuate? ¡¿Caca-que?!

— ¡Oye viejo decrépito deja de comer encima de mi! —Dije alzando la voz obviamente enojada—

Creo que debo especificar el porque alguien estaba encima de mi comiendo "cacahuates". Pues es mi fácil, yo me encontraba en el pasto sentada con la espalda inclinada hacia delante gracias a un "segundo" que estaba detrás de mi, ¿Quién era? El viejo con canas en el culo.

— ¡Dejate de quejar y estira! ¡No quiero que te me achicopales en medio entrenamiento! —Trato de decirlo firmemente pero yo no me lo podía tomar enserio con la cáscara que cacahuate que tenía alrededor de si boca. Bufé de la risa al escucharlo y verlo— ¡¿De qué te ríes?!

— De tu gran idiotez. —El desgraciado puse un pie encima de mi espalda y comenzó a empujarme más hacia delante para estirarme a la fuerza-— ¡P-PERATE, SI DUELE! ¡SOY DELICADA! —Le solté un chingazo en su pie libre—

— ¡BAHAHAHAHA! ¡¿CREES QUE CON ESO ME VAS A PARAR?! —Se hecho a reír como si fuera alguien honorable y de hierro—

— Pinche villano de película.. —Suspire pesadamente, iba ser un largo día—

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— ¡Quiero otra repetición más! —Grito el barbudo con autoridad—

— ¡Ya llevo 50 repeticiones, viejo insensible! —Ahora hacia un "Jump squat" o "Sentadilla con salto"

— ¡¿Y que tiene?!

— ¡Que son 20 series con 50 repeticiones, luego apenas y me dejas descansar! —El sudor ya corría por mi cara—

— ¡Y eso que apenas empezamos! —Dio 3 aplausos— ¡Corrale mamita que no estoy de humor, esto es por el berrinche de ayer!

— ¡Que dios me tenga en su santa gloria..!

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— ¡Dame otras 10 repeticiones!

— ¡Me voy a quebrar, Papá Noel! —Ahora abdominales tocando la punta de los pies—

— ¿Es por mi barba? ¡Esas son otras 30 repeticiones!

— Debo de aprender a cerrar mi bocota..

— ¡Esas también son otras 50 repeticiones y órale, que tenemos todo el día! —Se burlo, pues había salido victorioso de está—

— ¡¿Y esas porque?! —Pare en ese momento para verlo enojada—

— Por abrirla bocota, ¡Y pararte cuando no te dije que lo hicieras son otras 20!

— ¡NOOOOOO! Me voy hacer ceniza igual que mi tío afton...

(Referencia. 🤨)
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— Mejor váyanse si no quieren terminar como yo. —Estaba parada de manos intentando permanecer así durante una hora—

¿Con quién hablaba? Pues, algunos de los miembros Madrigal habían venido a "visitarme" pues las verdaderas intenciones que tenían era raptarme o mejor dicho, ayudarme a escapar del castigo del verdugo.