Capítulo 3: Culpa del Licor.

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El pueblo de Encanto, el lugar donde nací y crecí llegando a mi edad adulta, el lugar donde entrené para convertirme en el mejor Jinete de carreras, al igual que el lugar en donde me enamore de la mujer más hermosa que haya visto, mi amiga de la infancia y la chica más perfecta que hay en el pueblo.

Pero ahora mismo estaba en un conflicto, al parecer tenía un admirador o admiradora secreto/a que me dejaba flores al despertar sea donde sea o donde durmiese, ¿Por qué tenía un conflicto? Por el hecho de ya estar enamorada de alguien y hacerle ilusiones a quién sea esta persona no era lo mejor.

Estaba encima de mi Yegua recorriendo el pueblo en busca de alguien que seguramente sabrá de esta persona, pero era difícil recorrer el pueblo, más con lo vitoreos de la gente en el pueblo. Anteriormente había participado en una carrera de caballos en la que salí victoriosa, era por eso que recibía tanto halago de parte de algunos, en especial a los que les hice ganar apuestas.

¡Muchas felicidades, _____! ¡Excelente carrera!

– ¡¿Ya estás entrenando para la próxima?! ¡La esperaré con ansias!

– ¡Eres toda una fiera, _____! ¡Sigue así!

No me quedaba nada más que agradecer sus buenos deseos y vitoreos hacia mi, pero, hubiera sido meramente suficiente con esto, ya que igual me llovían piropos por doquier.

¡_____, mi novia!

– ¡Que guapa! ¡¿Cuando pasas por el pan?!

– ¡Adiós chikistriquis!

– ¡Si haci montas los caballos ya me imagino como me montaras a mi!

No podré demostrarlo pero verdaderamente sus comentarios me hacían sonrojar más que a nada, en especial por la vergüenza que me daba escucharlos. Sus comentarios me desconcentraba de mi misión, pero afortunadamente esto también me ayudó, ya que la persona a la que buscaba justamente hablo para juzgarme en forma de burla.

Irala, con ganado y todo, luego dices que nadie te pela -Hablo él con una voz juguetona-

Este chico era de más ni menos que ¡Camilo Madrigal! Un joven de complexión delgada y tez clara y dorada. Tiene el pelo castaño rizado, ojos verdes y pecas en la nariz y las mejillas. Lleva una camisa blanca de manga larga con las mangas remangadas y el cuello desabrochado, un poncho amarillo con vetas amarillas más oscuras, pantalones negros y sandalias negras con grabados blancos. También parte del diseño de su ropa son camaleones en el cuello de la camisa, la ruana y las sandalias.

— ¡Camaleon, mi Madrigal favorito! -Baje de Gerbera para después acercarme a él con los brazos abiertos-

— Ay no, ¿Ahora qué vas a querer? -Dijo el poniendo las manos en mis hombros para empujarme-

— ¿Por qué todos creen que cuando les digo que son mis favoritos es para pedirles un favor? -Me crucé de brazos indignada-

— ¿Ah no? Es que siempre haces eso, lo desde que tengo memoria -Él hizo uso de su don para convertirse en su madre y imitarla- "Camilo, ten cuidado con _____, si te dice que eres su favorito es para pedirte un favor" -Ahora cambio a la apariencia de Dolores- "Cuidado, Camilo, cuando ______ anda de cariñosa alardeando lo mucho que te ama, es que algo quiere" -Se transformó ahora en Isabela- "¿Sabes lo linda y molesta que es ______?, si la vez llegar con una sonrisa no le hagas caso, algo te pedirá, mejor mandala conmigo"

Me quedé analizando todo lo que decía pero un error se formo en mi sistema en cuanto escuche "linda" ¿De verdad Isabela dijo eso?

Por eso.. -Dejo de usar su don para tranformarse en él- Toda duda, pregunta o favor, vaya a la ventanilla de Isabela, ahí la atenderán mejor, te la lavas -Dijo para empezar a marcharse cosa que detuve-

𝗜𝗚𝗨𝗔𝗟 𝗔 𝗨𝗡𝗔 𝗣𝗘𝗢𝗡𝗜́𝗔 | 𝗜𝗦𝗔𝗕𝗘𝗟𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora