SECUELA DE WELCOME HOME.
ㅤㅤTodo parece por fin estar en su lugar. Maia ha vuelto a la dimensión donde verdaderamente pertenece, a su hogar; pero nada será como ella espera. La paz que sintió a su regreso se verá interrumpida por una guerra que se e...
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La expresión correcta aquí era: tan molesta con una mejor amiga.
ㅤㅤMaia y yo habíamos permanecido en la cama durante las siguientes horas de clase; nos habíamos salteado todas sin excepción y ninguno de los dos pensó en ello hasta que las campanas resonaron para indicar la hora de la comida.
ㅤㅤCasi a regañadientes me levanté de su lado. Ella estaba envuelta en sus mantas y completamente dormida, no fui capaz de despertarla esta vez. Me incliné hacia ella y corrí un mechón de su cabello hacia atrás, besando su sien. Se acomodó en el medio de la cama buscando mi calor, pero yo me hice a un lado mientras me vestía, observándola dormir en paz. Me preguntaba qué soñaba, pero no me di tiempo de pensarlo demasiado pues debía irme de allí.
ㅤㅤMe dirigí hacia la salida y mientras cerraba la puerta, Irina me interceptó.
ㅤㅤ—Maldito. Maldito, maldito, maldito seas. ¡Maldito seas, Draco Malfoy!
ㅤㅤAlcé mis manos en son de paz, era evidente de que ella ya sabía lo que había sucedido allí dentro. No era que mi ropa perfectamente planchada estuviera ahora completamente arrugada, o que mi cabello pareciera que hubiese criado pájaros, o que mi cuello tuviera una gran marca provocada por la boca de Maia.
ㅤㅤ—¡¿Cómo demonios quieres mantenerla a salvo si no te alejas de ella?! ¡¿De qué mierda sirve lo que le hiciste si no puedes mantener tus malditas manos y otras cosas en su lugar?!
ㅤㅤ—Sh. Cállate, Irina. Está durmiendo. No seas un maldito perro guardián, ella estará bien.
ㅤㅤQuise ignorarla y pasarla de largo, pero entonces ella me sujetó del hombro y me empujó, aunque no hizo que me moviera ni un centímetro. Al igual que Maia, Irina era del tamaño de un elfo doméstico.
ㅤㅤ—¿Qué quieres? —gruñí, comenzando a ponerme de mal humor.
ㅤㅤ—¡QUE TE ALEJES DE ELLA! Quiero proteger a mi mejor amiga y contigo es imposible.
ㅤㅤLa tomé de su cuello empujándola contra la barandilla y deteniéndome allí. Mi rostro se tornó sin expresión alguna, pero podía ver el miedo repentino en los ojos ella.
ㅤㅤ—Que te quede claro, no hay nadie que quiera proteger a Maia más que yo. Pero no vuelvas a decirme qué hacer. ¿Lo entiendes?
ㅤㅤIrina asintió y yo la solté, alejándome. La vi sacar su varita mientras yo bajaba las escaleras, pero no hice nada por impedir lo que sucedió a continuación.
ㅤㅤDe pronto, mis cordones se ataron mutuamente y me hicieron tropezar. Sólo me quedaban unos escalones por bajar y agradecí que fuera lo suficientemente alto para cubrirlos por completo y así evitar que el golpe fuera mayor. Puse mis manos en el suelo para levantarme y buscar mi varita para deshacer el hechizo, pero ella ya lo había hecho.
