Te necesito

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Louis contaba los días, las horas, los minutos incluso los segundos sin Harry, le era imposible pensar en algo que no fuera Harry, le era imposible culparse por ser tan idiota, por no tener la valentía de defender a Harry, por no tener el valor de cuidarlo, de tocarlo, de amarlo en la única manera que lo merecía, se culpaba por dejarlo ir y se sentía miserable con su ausencia, ya no amaba llegar a casa, ya no me gustaba estar en ese lugar que se hacía llamar hogar porque el rizado no estaba, no le gustaban los amaneceres porque no había unos preciosos ojos verdes reflejando la luz del sol.

No había sabor comparable al de sus labios, no había chocolate como el de sus rizos, no había piedra preciosa como la esmeralda de sus ojos, no había nada igual a Harry, nada era igual sin ese chico, nada se sentía vivo si el no estaba, se sentía miserable y probablemente lo merecía, probablemente merecía ser castigado porque el amor es solo para los valientes y el no era ni la mitad de valiente que Harry, Harry siempre se había enfrentado por amor, y él? El dudaba cada momento que tenía el amor en sus brazos, había sobrepensado las cosas, había dudado tanto que su duda termino apartando a la única persona capaz de conquistarlo, y eso lo hacía sentir miserable, ya ni siquiera importaba si tenía o no un trabajo de maestro, después de todo actuó tarde y aunque fue despedido por defender a Harry frente a la escuela y frente a su hipócrita familia, había actuado tarde porque Harry ya no estaba, el no había visto ni escuchado como lo defendió, probablemente ni siquiera sabría de sus regalos de graduación y eso lo estaba matando.

Sesenta días, dieciséis horas y 20 segundos sin Harry, tenía el tiempo contado, sabía cuánto tiempo había estado sin Harry y lo estaba matando, se sentía tan mal, que daría lo que fuera por verlo, daría lo que fuera por besarlo, por tocarlo, por decirle lo tonto que fue al creer que Harry era solo un niño inmaduro, cuando probablemente sabía más de la vida que el mismo, se sentía terriblemente y por más que lo había buscado, no había dado con su paradero, el parecía haberse esfumado y quizá hoy moriría su última esperanza al ir a las residencias estudiantiles del Royal Collège, su única y última esperanza, el lugar donde había esperado que Harry tuviera un futuro, aunque no le gustaba que fuera sin el, ya no, ya nada tenía sentido sin el.

-Buenas tardes señorita

-Buenas Tardes caballero, cuénteme en qué puedo colaborarle?

-Si, verá lo que pasa es que yo pagué la matrícula de Harry Edward Styles Cox y me preguntaba si el se estaba alojando aquí.

-Dejeme revisar...si! Aquí está

Louis sintió que el alma le volvía el cuerpo, porque no solo era el hecho de encontrarlo sino de saber que no estaba desamparado y muerto en una calle por su culpa.

-En serio? Podría decirme cuál es la habitación en la que está, es que necesito hablar con él.

-No puedo brindarle esa información...es ya sabe política de la universidad.

-Por favor...si quiere le puedo brindar el documento original de la matrícula, es que es urgente

-A caso es usted su tutor...

-sí

-En ese caso, permítame su documento de identificación y el pago de la matrícula para confirmar

-Si señora

El ojiazul le facilito toda la documentación, aunque legalmente no era su tutor porque Harry ya tenía 18 años, en teoría había sido su tutor por cuidarlo por casi un año.

-Es correcto señor Poultson, el joven Styles, está en la habitación 28 de la dependencia de bellas artes.

-De verdad muchas gracias

Mr. MoralidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora