Nada

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Las cosas entre ambos no habían cambiado mucho, ambos seguían compartiendo las labores de la casa, ambos teniendo citas ocasionales, viendo películas, comiendo juntos, cosas que de hecho ya se les había hecho costumbre. La única diferencia real era que a veces dormían juntos y que los besos y las caricias eran mucho más ocasionales, incluso Harry se había tomado el atrevimiento de robarle uno que otro beso en la escuela, lejos de la vista de todos.

Aunque lo que realmente lo tenía inquieto era que con el aumento de las muestras de afecto, mayor era el deseo y la tensión sexual entre ellos, mayor era el nivel de lujuria que transmitían en cada beso, en cada toque, y bueno en parte era normal, es decir eran dos hombres jóvenes, el deseo estaba latente en esa etapa, la lujuria era algo del día a día incluso cuando no lo quisieran, y claro que Harry era paciente, por más que el chico rizado quería tomar a Louis de maneras para nada decentes siempre respetaba un no, siempre velaba por no superar el límite, pero él? A veces no quería que Harry se detuviera, a veces el era el que lo besaba con fuerza mientras quería jalar esos rizos y hacerlo suyo, a veces quería llevar a Harry al límite, quería escucharlo gemir su nombre, quería que tocará cada parte de su cuerpo, el quería todo, pero al mismo tiempo sentía temor de perder el control, de no poder hacerlo bien, porque debía admitirlo con la mujeres sabía cómo hacerlo, era un maestro para el sexo e incluso se permitía ciertos fetiches de dominación al hacerlo, pero con Harry era distinto, el chico quería implantar esa imagen de fortaleza y virilidad, pero seguía siendo un niño, y realmente no sabía cómo hacerlo, no sabía cómo tomarlo sin lastimarlo, Harry tenía experiencia y aunque no le molestaba la idea de ser tomado por el rizado, también quería dominar, porque aunque el mundo no lo supiera, debajo de su capa de moralidad y bondad, Louis era dominante y tenia fantasías eróticas muy seguido. La cuestión es que ahora esas fantasías eróticas tenían un dueño, siempre el blanco de lujuria y malos pensamientos era el chico de rizos y ojos esmeraldas, fantaseaba con tomar esos rizos, fantaseaba con enseñarle quien mandaba y fantaseaba con ver esos ojos verdes llenos de lágrimas por el placer, y eso le asustaba, le asustaba que Harry no pensara de la misma manera.

-Lou...

-Dime...

-Hoy un chico me invitó al baile de graduación...

-Un chico? Qué chico?

-Jeff azoff...

-En serio planeas ir con él?

El ojiazul se estaba comenzando a sentir celoso, no podía con la idea de Harry estando con otro chico que no fuera él.

-Lou, aún no termino...no, no fue el único, Michael y una chica llamada Olivia también me invitaron.

Se retractaba odiaba la idea de que Harry estuviera con cualquier hombre o mujer, mejor dicho, con cualquier ser humano que no fuera él, eso lo estaba poniendo de malhumor

-Vaya! Parece que con la caída de tu mala reputación comenzaron a llover pretendientes...

-Lou aún no he aceptado...solo quería contártelo...

-Para qué? Para hacerme sentir mal?

-Lou, no te pongas así...yo solo creí que debía contártelo, es parte de la confianza en el otro...

-No me interesa saber con quién irás! No me interesa saber lo que haces con los demás!

Respondió de mala gana, no muy a menudo experimentaba celos, de hecho que casi nunca los había experimentado, pero con Harry siendo pretendido por los demás le era inevitable ser tan insolente.

-Louis por favor...no es como si tú me hubieras invitado

-No puedo! Sabes que no puedo! Lejos de estás cuatro paredes soy tu maestro y tú mi alumno! lejos de aquí no somos nada! Sabes que en la escuela somos como dos extraños! Y tú eres como un niño!

Mr. MoralidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora