Cuidar de una flor marchita

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La casa de su maestro no era lo que esperaba, era grande pero todo en ella era simple y sobrio, nada de excentricidades, había varios cuartos, pero no estaba llena con cosas lujosas como las que estaba acostumbrado a ver.

-Puedes ducharte arriba a mano izquierda... buscaré algo de ropa y prepararé algo de cenar

Harry ni siquiera protesto, solo hizo lo que su maestro le dijo, se deshizo de sus prendas y entro a la ducha sintiendo con alivio el agua caer en su cuerpo, el shampoo limpiar su cabello, la rasuradora quitar todo rastro de bello, la crema suavizar su piel y quitar toda mancha de grasa y suciedad, la crema de dientes quitar el mal sabor de su boca y dejar a la vista su blanca sonrisa. Simplemente en ese momento valoraba tanto un simple baño, un simple momento para asearse y quitar todo cansancio de su cuerpo con una refrescante ducha.

Luego de secarse, el ojiazul golpeó su puerta informándole que había ropa al lado de la puerta, así que al terminar se colocó unos boxers nuevos, un pantalón de pijama y un gran suéter blanco, y aunque no todo era de su talla se sintió agradecido por la ropa limpia, valorandola sin importar si era de marca.

Al bajar las escaleras, se topó con un gran banquete de muchas comidas, había frutas, verduras, nuggets de pollo, palitos de queso, sandwiches, té y un poco de pastel.

-Puedes comer todo lo que quieras

Y aunque en un principio se sentía intimidado por la sonrisa de maestro, el probar el primer bocado le permitió degustar cada una de las comidas, sintiéndose satisfecho, sintiendo por primera vez en semanas, como el hambre lo abandonaba para sentir saciedad y sentir como el sabor de la comida era glorioso.

-Estas mejor?

Harry solo asintio tímidamente, mientras Louis lo miraba, no pudo evitar notar lo bien que se veía el chico fuera de su ropa negra y de chico malo, sus rizos eran magníficos y sus ojos sin ese delineador negro se veían más brillantes, ese chico era simplemente magnífico.

-Gracias por todo...por el baño y la comida

-No hay de qué! Ahora bueno...que quieres hacer?

-Si me lo permite, quisiera descansar

-Por supuesto!

Louis subió con Harry y le preparo una habitación al lado de la suya, dejando su cama con unas suaves mantas

-Gracias

Harry se recostó y se cubrió con las mantas, sintiendo lo que había estado sintiendo consecutivamente en ese día, esa sensación que le hacía valorar y apreciar las pequeñas cosas, esas que antes no tenían significado, eran ahora las sensaciones que le permitían sentirse bien, así cayó lentamente en los brazos de morfeo arrullado por la suavidad de la manta y la cama.

Louis por su parte sonreía sintiendo un calor extraño en su pecho, no sabía exactamente que era, porque aunque muchas veces hizo buenas acciones, está vez tenía un calor y una felicidad inexplicable.

-Meow

-Ohhh amiguito, casi me olvidó de ti, ven tú también debes querer un baño y algo de comer

Así, mientras Harry dormía, Louis baño y le dio de comer a pelusa, quien igual que Harry cayó rendido durmiendo cómodamente sobre la alfombra, haciéndolo sentir por primera vez en días tranquilidad y felicidad.

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Conforme pasaron los días, Harry recuperaba su estado físico, se veía mucho mejor, ya no tenía esas grandes ojeras, ni estaba tan delgado. Pero había algo que no cambiaba, su mirada triste, y los esporádicos llantos que trataba de silenciar pero que Louis siempre escuchaba.

Era evidente que no estaba bien, que algo le hacía falta, que algo no le permitía estar en paz, que algo turbaba su paz, que algo en su interior lo entristecía.

-Harry, puedo preguntarte algo?

-Sobre qué?

-Es solo que quisiera saber cómo te sientes?

-Bien...

Harry lo miro extrañado, no sabía a qué se debía la pregunta, ni mucho menos entendía su preocupación.

-Estas seguro?

-Lo estoy

-Bien...también quisiera saber sino crees que es momento de volver a la escuela?

Harry suspiro y se opuso ante lo que su maestro le preguntaba

-Yo...yo creo que no quiero volver..

-Por qué?

Harry no respondió, no podía simplemente decirle que ahí se sentía miserable, porque todos lo juzgarían, porque todo lo malo le había sucedido allí.

-No...no quiero hablar al respecto

Louis solo asintió y se marchó, aunque había sido evidente que su lenguaje corporal demostraba incomodidad e inseguridad, pero no quería molestarlo, el chico había pasado por tantas cosas. Esa noche sin embargo, no pudo dormir y fue a la habitación de Harry y lo vió ahí, tan tranquilo, pero con un rastro de lágrimas en sus ojos.

-Ay Harry....quisiera saber qué te pasa...quisiera poder ayudarte...

Se atrevió a acariciar su cabello, mientras lo movía a un lado de su rostro dejándole ver sus sonrojadas mejillas

-Sabes...me recuerdas a ese poema de la flor marchita...eres como una flor marchita...sigues vivo pero no veo tu vibrante color y lo único que puedo hacer es cuidar de está flor marchita esperando que algún día vuelva a recuperarse

Mr. MoralidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora