UN ÁNGEL ENAMORADO - (CACHÉ)

4.

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El despertador chilla en la mesita de noche, una; dos; tres veces pero para la cuarta saco mi brazo de debajo de las colchas y le doy un golpe para que el sonido cese. Hace frío por lo que no tengo ni un poquito de ganas de salir de la cama, Conor pasará por mi como siempre hace para dejarme en la universidad y luego retirarse a su entrenamiento, debo apresurarme a levantarme porque no le agrada tener que esperar y no deseo hacerlo enojar.

Tomo una ducha rápida para quitarme la fatiga que traigo, me visto lo más abrigada que puedo y me seco el cabello para no pescar un resfrío, me maquillo de forma casual y me miro en el espejo rápidamente para chequear que este presentable.

Más tarde pasaré por el cementerio a dejarle unos lindos claveles a mi mami, son sus favoritos y quiero alegrar su día en donde quiera que esté.

Coloco mi bolso en mi hombro y bajo las escaleras rumbo a la cocina donde veo el rostro de mi papá quien habla con mi hermana sobre algo de su trabajo.

─── ¡Buenos días!.─── Digo alegre.

─── Buenos días Cariño.─── Dice mi papá y yo me acerco para depositar un beso en su mejilla. Él sonríe.

─── Conor pasará por ti ¿verdad?.─── Vale pone los ojos en blanco y bufa en señal de desprecio hacia mi novio.

─── Sí, sabes que siempre lo hace. No entiendo porque lo odias tanto.

─── Daah.. será porque es el típico niño rico que solo se preocupa por las apariencias, su carácter es una real mierda Poché, él te trata como basura. ¡Ya abre los ojos!.

─── Ya basta niñas, dejen de pelear por favor.─── Papá nos mira con un semblante serio.

─── Ni siquiera lo conoces y tampoco haces el esfuerzo Vale. Él no es así como lo describes.

─── ¡Dios Poché!, estás tan metida en tu miedo de estar sola que te obligas a normalizar el hecho de que te maltrata.

─── Mi mañana había comenzado bien hasta que te metiste a opinar sobre mi vida. Mejor me voy, Conor me espera.

─── Bien pero no vuelvas llorando cuando te des cuenta de que lo que te digo es verdad.─── Vale me grita desde la cocina pero cierro la puerta a mis espaldas.

Ahí está mi chico, su cabello rubio desordenado por el viento, nota mi presencia así que levanta la vista para encontrar mi rostro. Sus ojos color miel me miran con autoridad y sus labios forman una línea perfecta, no está contento.

Mira el reloj en su muñeca y luego devuelve su vista hacia mi.

─── Estás retrasada María José.─── dice de forma seca.

─── Sólo por unos minutos.─── Tomo asiento en el lugar del acompañante.─── Lo siento.

─── Nunca aprenderás.─── Deja escapar un suspiro pesado y menea la cabeza en forma reprobatoria.

Me abrocho el cinturón y prefiero ver por la ventana, odio hacer enojar a Conor, él es un chico muy dulce pero cuando esta enojado su personalidad parece la de otra persona.

Cuando comenzamos a salir él era el chico perfecto, siempre atento. Dejaba notas en mi casillero con estupidos corazones dibujado en tinta negra, siempre tomaba mi mano para caminar por los pasillos del colegio y presumía sobre su relación conmigo ante sus amigos. Estoy hablando de hace unos dos años atrás. Al terminar la secundaria su actitud para conmigo cambió rotundamente, se enoja por cualquier actitud que no le agrade, ya no me invita a las reuniones con sus amigos y es muy autoritario. Tal vez Vale tiene razón y soy una completa idiota pero Conor fue mi primer amor, el único chico que se fijo en mi, somos amigos desde el jardín de infantes, su mamá era amiga de la mía por lo que nos veíamos muy seguido, fuimos creciendo y con el tiempo desarrolle un amorío por él pero nunca creí que me correspondería. En quinto grado me confesó que yo le gustaba y ahí inició nuestra relación.