UN ÁNGEL ENAMORADO - (CACHÉ)

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𝕯𝖆𝖓𝖎𝖊𝖑𝖆
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El frío de invierno golpea mi rostro. Ha pasado un mes entero desde que formalizamos nuestra relación con María José. Su familia ha sido tan amable conmigo incluyéndome cómo si fuera una más. Volví a mi trabajo en la librería ya que acepté el alojamiento con la condición de ayudar con los gastos.

Hemos empezado una linda relación de amistad con Rebecca, es una chica muy divertida con ideas muy locas. Me gusta mi trabajo pero lo que más me gusta es la hermosa chica de ojos verdosos que me acompaña.

─── ¿Vienes aquí seguido?.─── Me recuesto en el carrito lleno de libros.

─── Casi nunca pero desde que vi a una chica de cabello castaño y ojos marrones mi interés por los libros apareció. ¿Tú sabes si ella está soltera?.─── Juega con la cadena de mi collar.

─── Mm.. me temo que no, sabes me dijeron que ya tiene una novia, una chica perfecta que no cambiaría por nadie más.

─── Qué pena, de verdad quería conocerla.─── Gira para caminar en otra dirección pero tomo su brazo y la giro haciéndola chocar contra mi cuerpo.

Sus intensos ojos verdosos me miran por unos cuantos minutos para luego estampar sus labios sobre los míos en un beso lento pero lleno de deseo.

─── Qué asco me dan.─── Comenta Rebecca haciéndonos reír.

─── Estas celosa.─── Poché le saca la lengua.

─── Claro que no.─── Espeta.

─── Te conozco hace años perra, no puedes mentirme.

─── Bien tal vez un poco.─── Pone los ojos en blanco.─── ¿Vienen a mi fiesta esta noche?

─── ¿Fiesta en día de semana?, ¿acaso estas loca?. Mañana tenemos exámen.

─── Poché, hemos estudiado un mes entero es imposible que no pasemos. Nos hará bien divertirnos un poco.

─── Podemos ir por un rato.─── Digo viendo a María José.

─── Bien iremos.

─── ¡Sii!, sabía que no me fallarían.

El resto de la tarde transcurre bastante agitada, llegaron muchas personas por lo que no paramos ni por un segundo.

En nuestro descanso de media hora pasamos por el café de Max por un aperitivo. Le doy un sorbo al café sintiendo ese sabor amargo pero exquisito. Por mi mente pasa la primera vez que estuve aquí con María José, recuerdo cómo me veía tan tímidamente mientras bebía de su taza lentamente. Yo siquiera sabía lo que estaba bebiendo puesto a que no conocía el sabor pero ahora entiendo cuando dijo que era uno de los mejores cafés en la ciudad.

Ella me mira de reojo y sonríe mientras comenta detalles del exámen con su amiga. Se que ella puede lograrlo, es muy capaz de cumplir todas sus metas y me encanta alentarla.

Volvemos a la librería arrastrando los pies escuchando las quejas de Rebecca acerca de que está agotada y ya se quiere ir a su casa. Siempre comenta lo mismo así que ya es costumbre.

María José toma mi mano y la acaricia tiernamente.

─── Me encanta que trabajes aquí.

─── A mi me encantas tú.─── mis dedos viajan por su rostro hasta su oreja donde engancho un mechón de su cabello.