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𝕯𝖆𝖓𝖎𝖊𝖑𝖆
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Luego de mi fallido intento por abrirme con María José regresé al viejo edificio dónde Cassiel me espera. Es mi mejor amigo así que decidí contarle sobre lo que me ha estado sucediendo desde hace algunos días, después de todo tal vez él pueda aconsejarme o guiarme hacia el camino correcto de lo que debo hacer.

Descubrí que puedo controlar mis manifestaciones, de este modo es más sencillo para mi. Decidí volver a mi antiguo trabajo así que hace ya casi una semana que no se nada acerca de María José. Ella me pidió espacio así que elijo dárselo.

─── ¿Qué piensas hacer?.─── Cassiel me habla pero no se que responder.

─── No lo sé.─── Dejo salir el aire de mis pulmones en un pesado suspiro.─── Creo que tal vez el amor no es para nosotros.

─── No digas eso Dani. El amor es para todos, además nunca sabes lo que te deparará el destino.

─── Es imposible Cassiel, no es una buena idea enamorarse de una mortal. ¿Qué se supone que haga?, ¿sentarme a su lado mientras la veo envejecer y eventualmente morir?. Ella crecerá, madurara y yo seguiré viéndome igual eternamente.

─── Tal vez haya una solución para eso. Recuerdas que uno de nosotros logró derrocar su inmortalidad. Cómo él deben haber muchos solo hace falta encontrar a alguno para saber el secreto.─── Cassiel me mira sabiendo que su idea es brillante.

─── No voy a negarlo es una buena idea. La cuestión es ¿cómo logró cruzarme con alguno?

─── Bueno para eso no tengo respuesta, supongo que deberás prestar atención.

─── Eso no me lleva a ninguna parte.─── Bufo sintiéndome derrotada.

Cassiel choca su hombro con el mío.─── Ánimo, no te rindas.

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El deber llama a mi amigo, me da una palmada en el hombro y se retira dejándome sola en aquella banca del parque.

Veo a las personas pasar, algunas corren, otras están sentadas conversando. Mis ojos viajan por el pintoresco lugar hasta que caen sobre su figura, María José corre pero me doy cuenta de que no está sola cuando diviso a su pequeño amigo peludo correr tras ella. Se detiene para acariciarlo y camina por el césped observando a su alrededor.

Me acerco, no puede verme pero decido manifestarme.

─── Hola.─── Hablo cerca de su oreja.

Ella da un pequeño brinco pero luego gira para verme.

─── Dani, hola.─── Dice con timidez.

─── Es un gusto volver a verte.─── Digo pero ella luce incómoda.

─── También es un gusto verte.

─── ¿Cómo se llama?.─── Digo viendo en dirección al tierno cachorro que menea su cola.

─── Ramon.

Me agacho para pasar mi mano por su cabeza peluda, él brinca y lame mi mano, me parece muy tierno.

─── No has ido a trabajar.─── Ella me mira toda nerviosa.

UN ÁNGEL ENAMORADO - (CACHÉ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora