UN ÁNGEL ENAMORADO - (CACHÉ)

3.

𝕯𝖆𝖓𝖎𝖊𝖑𝖆
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Llevo la mayor parte del día pensando en si es una buena idea contarle a Cassiel sobre la joven que alborota mis ideas, él parece muy concentrado hablando sobre el joven chico que tuvo que guiar el día de hoy por lo que no se si quiero interrumpirlo.

─── Sabes él dijo que su cosa favorita había sido ir al Gran Cañón y escalar aquellas grandes rocas. Recuerdo que dijo que la sensación del aire chocando contra su rostro se sentía increíble.

─── Eso suena maravilloso.─── Le dije intentando sonar interesada ante la historia pero la realidad es que para mi nada era más interesante que recordar aquellos grandes y hermosos ojos escondidos tras las lagrimas.

─── ¿Ocurre algo?, estás muy rara.─── Me analizó por un momento.

─── Estoy perfectamente bien, sólo me quedé pensando en lo que acabas de decir, suena a que su vida fue increíble.

─── Ni me lo digas, fue un chico muy afortunado.

Mi vista se desvió a un lado al darme cuenta de aquel hermoso rostro, el viento alborota su cabello y ella mete las manos en los bolsillos de su abrigo, suspira dejando escapar su cálido aliento el cual se congela en el aire frío.

Miro de reojo a Cassiel quien continúa hablando sobre alguna experiencia que le gustaría vivir pero le resto importancia debido a que mi interés se va con la chica que camina por la acera con mucha prisa.

─── Debo irme.─── Le doy una palmada en el hombro.

─── ¿Qué?; ¿Pero a dónde?.─── Grita mientras me alejo.

─── Te diré luego.─── Digo antes de doblar en una esquina.

Sigo sus pasos, ella camina con prisa y quiero saber el motivo.

Frota sus manos supongo que por el frío, tengo mucha curiosidad con respecto a ella, quiero conocerla; saber sobre sus gustos y sobre su vida. Para mi ella es un misterio; uno que estoy ansiosa por descubrir.

Entra en una tienda; una librería para ser más precisa, se quita su abrigo y lo cuelga en un perchero tras el mostrador. Ella comienza una conversación con una chica rubia quien no deja de sonreír, continúo observandola, acomoda un mechón de cabello tras su oreja tímidamente y juega con sus dedos.

Me acerco al lugar para ver mejor. Lleva muchos libros en sus brazos mientras los acomoda cuidadosamente en los estantes. Alguien va a ingresar al lugar así que me apresuro para entrar tras él, el ambiente es muy pintoresco, decorado con colores cálidos y ambientado a una época antigua. Camino entre los estantes admirando la enorme colección de libros pero allí está ella, sentada sosteniendo uno entre sus manos concentrada en la lectura. Se mira tan linda haciendo gestos cada que algo la sorprende o causa inquietud, su compañera grita un nombre y por como alza la vista tengo la impresión de que es el suyo; "María José", permanece unos instantes en mi mente mientras sonrio ante ese pequeño descubrimiento.

Me muevo lentamente por la tienda; siguiendola sigilosamente. Esta sobre las puntitas de sus pies intentando alcanzar un libro en lo alto del estante, se sujeta de la madera pero noto que no es una buena idea al ver como el mueble se inclina hacia ella, sus ojitos se abren en grande ante el susto del momento pero no reacciona, se queda allí petrificada esperando el impacto que jamás llega porque me apresuro a sostenerlo.

Ella abre los ojos lentamente al ver que está a salvo.

─── Gracias.─── Dice bajito.