UN ÁNGEL ENAMORADO - (CACHÉ)

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Abro los ojos con cierta dificultad y estiro el brazo para abrazar a la chica que descansa junto a mi, el problema es que al tocar el edredón vacío una punzada de desesperación me invade.

Levanto la cabeza de la almohada ligeramente para confirmar que nadie descansa a mi lado.

Bajo las escaleras rápidamente notando que la cocina también está vacía, «¿dónde están todos?». El sonido del televisor llama mi atención, mis pies me dirigen rápidamente a la sala de estar dónde unos rostros completamente asombrados observan la brillante pantalla.

Me paro tras el sofá para ver mejor de que trata todo esto, todo este silencio abrumador. El noticiario relata la muerte de Connor, «Joven de 23 años es encontrado muerto en la habitación de su casa, no podemos dar datos pero podemos confirmar que se trata de un homicidio». Inmediatamente palidezco, las piernas me flaquean y siento por un instante que podría desmayarme en cualquier momento.

───Poché, estás pálida como un papel ───,Vale me observa preocupada por mi actitud ───. Ven toma asiento.

Esto está mal en todas las formas posibles que puedan existir. Mi corazón late desbocado en mi pecho, no sé nada sobre Daniela desde anoche cuando me quedé dormida abrazada a su tembloroso cuerpo.

───No se qué decir sobre esta noticia, ¿quién haría algo así? ───mi papá se rasca el mentón.

───Vale dime, ¿viste a Daniela? ───la tomo de los hombros viéndola con los ojos empañados en lágrimas.

───No, creí que estaba arriba contigo. ¿Ocurre algo?, no te ves nada bien.

Me levanto como puedo y camino rumbo a la salida para dejar que el aire fresco me invada. No puedo respirar, el aire simplemente se niega a ingresar a mis pulmones, me inclino apoyando mis manos en las rodillas e intento inspirar hondo en un intento desesperado por calmarme.

───Poché, estás preocupándonos ───, oigo a mi hermana cerrar la puerta a sus espaldas.

Una punzada en el pecho me deja sin aire y me tiro al suelo lloriqueando ante el dolor.

───¿Qué ocurre?, ¡Mierda!, ¡PAPÁAAA! ───Valentina grita mientras me envuelve con sus brazos.

Oigo la voz de mi padre mientras habla con mi hermana sobre algo pero no presto atención porque el dolor me nubla la mente.

Me carga en sus brazos y me mete en el auto partiendo rumbo a la clínica.

───Vale.. creo que es un infarto. Algo anda mal con mi corazón ───jadeo.

───Todo estará bien ───las lagrimas descienden por sus mejillas ───, sólo respira.

Este es un mal momento para sufrir un ataque cardíaco pero no es como que pueda hacer algo para evitarlo, era algo que sabíamos que ocurriría en algún momento. Desde aquel día en el que me colocaron el marcapasos supe qué tal vez algún día moriría o tal vez no, quizá milagrosamente aparecería algún donante que me salvara de mi muerte segura.