Pasaron otros días en los que la inusual relación de ambos comenzaba a intensificarse.
No era que tuvieran encuentros amorosos frecuentes como el que tuvieron en el cuarto del menor aquella vez, lo que pasaba era que sus sentimientos crecían en cada simple acto que realizaban. Cayendo el uno por el otro sin poder hacer nada para evitarlo.
Ambos se lanzaban miradas un poco traviesas, a veces tenían el valor de jugar con sus pies bajo la mesa a la hora de la comida.
Sus manos se rozaban a escondidas, o se daban cariño en las piernas. Aunque eso último lo hacía sólo Minho y claramente no era del agrado del menor porque no se sentía capaz de controlar sus sonrojos.
Odiaba esos peligrosos juegos. Pero los disfrutaba.
También Jisung había comenzado una nueva rutina que se trataba de recoger a su cuñado de la Universidad. Llegaba al frontis muy puntual y lo esperaba unos minutos.
El mayor salía sonriendo al saber que estaría allí, dejaba rápidamente a sus dos amigos que se confundían por su actitud. Además habían ocasiones en las que hacían una parada y compraban helado juntos.
La pasaban demasiado bien acompañándose, y haciendo lo que sea.
Ahora mismo Minho estaba en la cocina ya que casi era la hora del almuerzo y se dedicaba, cómo cada día, a preparar la comida para la familia.
Hoy había pensado en un nuevo guiso, uno que él mismo había creado y pensaba en probar. Sería la primera vez que intentaba algo nuevo y suyo.
Estaba muy entusiasmado.
Caminaba por la cocina buscando los ingredientes que necesitaba y sonrió al escuchar unos pasos reconocibles ingresar.
Volteó veloz para así encontrarse a Jisung, comiendo un chupete de caramelo. Sintió unas grandes ganas de besarlo en ese instante, estaba claramente siendo provocado por el menor.
Sus labios tenían un poco de color gracias al sabor de fresa y lo puso muy nervioso la forma en la que estaba disfrutando del dulce.
No se besaban muy seguido, ambos querían pero tenían miedo de ser descubiertos. Así que sólo habian pequeños roces cuando estaban completamente a solas.
Aún así no duraban mucho.
Y ahora mismo, Jisung había encontrado ese caramelo en la sala y lo único que pensó fue en acercarse a su cuñado para ver cómo reaccionaría si comía frente a él de una forma peculiar.
Él también podía comenzar sus riesgosos juegos.
Claramente quedó muy satisfecho, las orejas del mayor estaban rojas y su sonrisa nerviosa le decía que había triunfado en su misión. Pero también sabía lo atrevido que podía llegar a ser ya que siempre era quién daba el primer paso entre ambos.
Minho dejó las verduras en el lavadero sin intenciones de seguir con sus deberes. Había comenzado a caminar lentamente hacia su menor, y lo vio ponerse ansioso.
- Minho... Oh, hola Jisunggie.
Entró la Sra. Han de pronto y ambos supieron disimular bien. Su madre se acercó y acarició las mejillas de su hijo porque lucía tierno mientras comía ese chupete cómo un niño.
- ¿Necesita algo, Sra. Han?
- Oh, si Minho... Porfavor ayúdame unos segundos en el jardín. Planté unas semillas que se supone crecerá y me dará tomates... Fue hace cómo 3 días y no veo nada ¿Será que hice algo mal?
- ¿Puedo ver el paquete de las semillas, porfavor?
- Oh, menos mal lo guardé. Está entre mis herramientas...
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#little lies ;; minsung
Fanfiction*** Jisung regresaría a su hogar después de haber estado años estudiando en Canadá, la razón era la sorpresiva noticia del embarazo de su hermana menor, y de su matrimonio... Como su hermano mayor debía estar presente en ese gran momento, y además s...