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Dos días más y seguían disfrutando de su ilegal aventura.

Comenzaban a ser un poco más intensos, y el riesgo a ser descubiertos incrementaba, pero nuestros enamorados protagonistas no se daban cuenta.

Vivían en su propio mundo.

Era de tarde, Jisung acaba de bañarse y se ponía nuevas prendas. Estaba entusiasmado de la sorpresa que le estaba haciendo a su hermana y su sobrina. Creía que sería muy emotivo el momento en el que le muestre su regalo, era algo especial para ambos.

Aquella vieja cabaña, al fondo del jardín, fue el lugar seguro de los hermanos Han en su infancia.

Allí jugaban, estudiaban juntos, hacían pijamadas con amigos o primos, se acompañaban mientras una bordaba y el otro tocaba de su guitarra. Era simplemente su espacio, por lo que se le ocurrió una muy brillante idea a su parecer.

Compró algunas cosas, y con ayuda del servicio, remodeló un poco de la cabaña. Limpió todo, removió juguetes viejos y los acomodó en una caja al fondo del lugar. Colocó una preciosa cama para bebés/niños pequeños en una esquina, donde también decoró con luces y pegatinas bonitas.

Para dejar ese lado libre, se deshizo de una de las dos camas, sumando otros cambios, era una cabaña prácticamente nueva. No podía esperar más a mostrársela a Ryujin.

Justo pensaba en ella, cuando abrió su puerta. Afortunadamente estaba solo.

Vio que se asomaba tímida y le sonrió, para darle más comodidad buscó rápidamente una camiseta que ponerse mientras esperaba a que le dijera que necesitaba.

- Hey~ No me dijiste que salías con alguien...

- ¿Qué?.- Su hermana señaló su pecho con una mirada burlona.

Mierda. No se percató de las marcas en su cuello y clavículas, hechas por los dulces labios de Minho claramente.

Rápido se terminó de vestir mientras negaba, haciendola reír.- Está bien, no me cuentes...

- No, no es nada. De verdad, son picaduras creo y-

- Ya, Sung... ¿Tranquilo?.- Lo calmó.- Venía a decirte saldré con mamá y papá en la noche, sin Minho ni nadie... Al parecer quieren estar a solas conmigo, no lo sé.

- Si, seguro van a engreirte mucho.- Se acercó y acarició su cabello. Recordando así cómo lo hacía de niños.- Te tengo una sorpresa...

¿Para que aguantar más? Deseaba brindarle su amor de esa forma, era un regalo lleno de buenos deseos después de todo.

- ¿Qué es?

- Ven, bajemos... Es para ti y la bonita bebé que viene en camino.

La llevó de la mano, bajaron la escalera con lentitud y salieron al jardín pronto. Minho estaba en la cocina, curioso los siguió con sigilo, no quería arruinar su momento familiar.

Ryujin sonreía hasta que se dió cuenta que era llevada a su cabaña.

Aquel que fue su lugar favorito hace tiempo, pero no era tan así ahora. No es que no recuerde los bellos momentos con su hermano o les moleste, pero sólo iba allí cuando realmente se sentía mal, porque era su refugio.

Ese espacio dónde pasó la mayoría del tiempo de sus mejores años, su infancia, le llenaba de nostalgia y mucho consuelo.

Era cómo retroceder a esos felices días, y dejar de lado todo lo que la atormentaba en la actualidad. Ver los cuadros, los dibujos, los juguetes y la guitarra de su hermano, eran su manera de sentirse mejor.

#little lies ;; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora