Elements flower *TAEKOOK*

22

Cuatro meses después.

Los elementos eran emocionantes, un don o simple magia, nadie sabe con exactitud porque los humanos podían controlar tal elemento.

Teorías de sobra, las lenguas malas dicen que fue una maldición, otros un regalo divino.
Lo único concreto es que en 'Elements flower' dejó de ser lo primordial hace décadas.

Jimin lo sabe muy bien, por eso no
podía controlar la emoción al usar su elemento.
Enfrente suyo había cinco frascos transparentes vacíos, y en otro recipiente tierra firme esparcida.

Jimin cerró los ojos y se dejó llevar, levantó un poco de tierra; logrando colocarla dentro del frasco.

—Muy bien. — Dijo Seokjin.

El castaño sonrió de oreja a oreja, mirando cómo el mayor sostenía el frasco y en segundos nacía de este una flor rosa.

—Es hermosa — expresó Jimin. Adoraba el control de Seokjin sobre la flora, aprendió bastante gracias a él.

—Llovió mucho, si sigues mejorando vas a poder ayudarme a tapar algunos huecos, estoy orgulloso de tu avance, Mimi.

Mimi…

Seokjin le puso ese apodo, Jimin no quitó su sonrisa, se sentía querido y bienvenido. Después de años de desprecio logró conocer gente que lo entendía.

—Me encantaría ayudar.

Seokjin asintió, en un movimiento subió y agachó la cabeza, dispuesto a por fin decir algo que venía reteniendo.

—Jimin, yo… —

Antes de finalizar, Jimin notó a través del cristal, que Yoongi pasaba por el pasillo y rápidamente lo interrumpió.

—Perdón, perdón, ya vuelvo. — Respondió rápido Jimin.

Seokjin simplemente sonrió a medias y afirmó, divisando cómo Jimin salía corriendo del cuarto.

🥀

—Yoongi, ¿Tienes un momento?

El mencionado frenó, girando tras oír al castaño. Le regaló una bonita sonrisa y aceptó.

—Claro, siempre tengo tiempo para ti.

Todo el rostro de Jimin se tiñó de rojo, Yoongi siempre le decía ese tipo de cosas y lograba exaltar su corazón.

—Es sobre mi mamá… ¿Vamos a poder traerla pronto? — Indagó Jimin.

—De eso iba a hablar con Jungkook, los planes son partir antes de que los lleven a las fábricas.

La expresión de Jimin pasó a ser triste, asintió sin mucho ánimo y retrocedió. —No quiero que mamá siga sola allá, los guardias están siendo muy toscos.

Yoongi guío a Jimin hacía un banco, junto al dispenser de agua.
Dejó una carpeta a un lado, y se centró en el castaño.

Su temor era válido, los últimos dos meses los oficiales fuego sin razón aparente, llevaron al límite su poder, siendo abusivos todo el día.

—Lo sé, yo también quiero traerlos a todos, pero sería sospechoso que abandoné su casa, la van a querer rastrear. También te irían a buscar y no voy a ponerte en riesgo. — explicó Yoongi. Acarició el cachete del castaño, sacándole una sonrisa—. Un último esfuerzo y nos iremos ¿Sí?

Jimin apretó los labios, dándole la razón al mayor. Último sacrificio, todo valdría la pena.

—Una última cosa… Hace tiempo alguien me enviaba mensajes, charlamos mucho y me dijo para vernos, pero ese día no llegó. Nada más había un aparato tirado.