Para conservar la paz dividieron la sociedad, dependiendo que elemento tengas; agua, fuego, tierra o aire.
Dos chicos opuestos terminarían metidos en varios problemas, rompiendo una por una las reglas.
—Namjoon, necesito que vayas por los padres de Wheein, acá se mantendrán protegidos — le ordenó Yoongi.
El citado aceptó sin chistar, les dijo un "suerte" y abandonó rápido la oficina.
Yoongi suspiró pesado, en su cuello tenía un collar con una diminuta llave. Corrió hacía un cajón y empujó, dejando a merced del resto un botón rojo más un juego de llaves.
Presionó el botón haciendo sonar al instante una alarma -¡Wheein, lleva las carpetas contigo! - gritó Yoongi. Debido al fuerte sonido, miró a su hermano que parecía estar recalculando ese momento —. Ustedes sigan a Wheein.
La situación ya es tensa, y lo que menos deseaba era tener dudas respecto a si Jungkook estaba listo en su totalidad.
O quizá su estúpido instinto de hermano mayor.
Cómo fuese, Yoongi no quería dejarlo salir, al menos por el momento.
—Te acompaño —expresó Jungkook. Rompiendo el silencio.
Yoongi negó y evitó voltear —Necesito que alguno se quedé, mucho más sabiendo que hay un Min entre nosotros.
Taehyung abrió los ojos, pudo sentir la ironía en esas palabras secas. ¿Quería refutar algo? Por supuesto, casi lo consigue si no fuese por Wheein, su amiga lo jaló del brazo.
—¡Debemos irnos al refugio!
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Todos los sentidos de Sehun estaban en alerta, claro fue entrenado pero no dejaba de ser aterrador.
—Ya están todos avisados — explicó Anne, su compañera. Mientras pasaba dentro de la cabina.
Ese era su puesto, cuidar la entrada. Sehun sabía que el ochenta por ciento de los fuego, estarían de su lado.
Pero había una parte que era devoto a Minho, eso los volvía enemigos.
—Debemos ser silenciosos, ellos pueden enviar sus tropas — habló Sehun. Al tiempo que agarraba balas, recordando que hay unos soldados aire y agua, tal vez eran un mito para generar miedo, cómo fuese no quería tener que enfrentarlos ahora -. Puesto doce, quince y tres.
Anne comprendió, no titubeó y fue directo hacia la primera cabina. Por lo general se ubican a metros del otro en medio de árboles secos.
—¿Por qué te saliste de tu puesto? — cuestionó un soldado, cuando la veía acercarse. Entonces notó cómo esa valla que los rodeaba estaba siendo removida —¡Qué carajo, Sehun!
Anna divisó cómo el chico salía de su puesto, antes de que logrará sacar el arma, la castaña lo pateó logrando que perdiera el equilibrio y cayó bruscamente al suelo.
No sólo fue el primero en caer, sino que oficialmente declararon la rebelión contra los agua y aire.
