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Fue sencillo llegar hacia el cuarto de Taehyung, Jungkook es ágil. De igual forma nadie le diría nada, ser el futuro comandante le daba cierto "poder", pero aún no parecía ser consciente de eso.

Tocó la puerta, sus nervios aumentaron pero trataba de mantener la compostura.

Pocos segundos bastaron; para que del otro lado aparezca Taehyung, el peliazul abrió los ojos sorprendido.
Sabía que su padre no vendría, y mucho menos Jungkook. Aunque no le disgustaba lo último.

Jungkook carraspeó la garganta, se centro tanto en llegar que no pensó en algún motivo, no quería quedar intenso o algo por el estilo.

—¿Ya me extrañas? — Habló Taehyung. Con su típica sonrisa coqueta.

Sonriendo sin mostrar los dientes, Jungkook rodó los ojos. —¿Qué fue todo eso?

—Seguro una broma, nada de qué preocuparse.

Jungkook asintió no muy convencido, agachó la mirada para luego volver a mirar al peliazul. — Es que te vi con tu padre...

La sonrisa de Taehyung se esfumó, sin pensarlo dos veces; enredó sus dedos con los de Jungkook, creando una perfecta combinación.

Eso lo tomó por sorpresa a Jungkook, hasta las orejas quedaron de color carmesí. Algo florecía entre ellos y puede ser abrumador, Jungkook se dejó guiar entrando por completo a la habitación.

Wow, fue lo primero que pensó. De verdad Taehyung vivía bien, el cuarto es enorme y muy lindo.

—¿Tanto lujo para un adolescente?

Taehyung río ante el comentario, con su mano libre cerró la puerta. Después comenzó a caminar sin soltar la cálida palma del pelinegro.

—Supongo que también debes tener algún tipo de privilegio, tu papá es el comandante.

Jungkook negó, y se sentó en un cómodo sofá. Pensando seriamente cuáles podrían ser esos privilegios, claro que no tenía. Él jamás usaba el poder del señor Jeon, debía seguir las molestas reglas al pie de la letra.

Eso es lo que quería su papá, y Jungkook poco a poco hacía lo contrario.

—De dónde vengo no es igual, es triste, supongo — respondió sinceramente Jungkook.

Taehyung se acomodó junto a él, tenía curiosidad por otros distritos. Miró a Jungkook pero este divisaba un cuadro clavado en la pared.

—Era mi mamá.

Jungkook salió de su mini trance y parpadeó rápido. Era un niño con cabello marrón, el director y una mujer desconocida de cabello azul muy claro. Los tres posaban felizmente.

—Sonará loco, pero creo que ya nos conocemos. — Dijo Jungkook, cayendo tarde sobre el final—. ¿Era?

Taehyung mordió su labio inferior y asintió. — Falleció hace mucho, todos tenemos una debilidad o al menos los de agua lo tienen—.Comenzó a contar Taehyung, logrando tener toda la atención del fuego.

—Lamento tu pérdida... Y no sabía que eso podía pasar.

Taehyung se echó hacia atrás, agarrando un pequeño almohadón negro y esponjoso, apoyándolo sobre su regazo. — Acostaste.

Una sonrisa se pintó en los labios de Jungkook, adoraba ese lado repentino y coqueto de Taehyung. Obvio no se negó, un movimiento rápido y ya tenía su cabeza sobre los muslos de Taehyung.

—¿Feliz?

Con total victoria Taehyung afirmó, deslizó sus dedos en la sedosa cabellera negra. —Es para poder hablar mejor.

—Ajá.

Ambos se regalaron una sonrisa, la verdad que Jungkook estaba muy cómodo pero le gustaba hacerle la contra.

—Bueno, hay una especie de bicho que sólo ataca a los míos, te pica y comienza a sacarte poder porque succiona el agua. —Explicó Taehyung.
Mientras seguía acariciando el pelo contrarió. — Sí o sí tenemos que usar un repelente, pero con mamá fue diferente, ella nació teniendo esos bichos y cuando me tuvo perdió fuerzas. El tiempo empeoró su salud, tristemente es un riesgo que tenemos si naces siendo agua.

Jungkook se quedó sin palabras, no tenía idea que eso ocurría.

—Eso es horrible, ¿Pero ahora ya lo tienen bajo control?

—¿Te preocupas por mí? — Preguntó con algo de burla.

—Kim, hablo en serio.

Taehyung suspiró y asintió. — Hace tiempo no hay casos, todavía está en discusión el origen.

La pérdida de su madre dejó una herida profunda, el tiempo se encargó de dejar una triste cicatriz. Taehyung la recordaba cómo siempre le decía; la mejor mamá del mundo mundial.

Los dos se quedaron en un cómodo silencio, hasta que Jungkook elevó la cabeza. —No debería estar acá, pero me alegro haber venido —

—Gracias por hacerlo.

        [ Días después 🔥 ]

El sábado, ese hermoso día dónde Jungkook podía dormir hasta tarde. Los entrenamientos y estudiar lo tenían agotado.
Así que ahora quería estar envuelto en las sábanas y descansar.

Lástima que muchas veces nada sale cómo queremos…

Un fuerte portazo logró despertar de la peor manera al pelinegro. Jungkook giró y su expresión molesta cambió a una preocupada, Jimin estaba agitado con la cara roja, y gotas de sudor cayendo por su frente.

—¿Qué pasa?

Jimin corrió muy rápido, inhaló profundamente tratando de recuperar el aliento.

—Tu padre está en la escuela, quieren expulsarnos. —

Esto debe ser una maldita broma... 

Elements flower *TAEKOOK*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora