VII

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HOSEOK

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HOSEOK


—Nunca adivinarás el rumor que escuché ayer.—La voz de Jin me sorprendió la mañana del viernes, antes de literatura inglesa, mientras se deslizaba en el asiento junto al mío. Descargaba canciones en mi teléfono, con las que Jimin y yo podríamos bailar.

—¿Qué? —pregunté, volviendo mi atención a la pantalla de cuatro pulgadas para comprar un poco de música de Black Eyed Peas.

—Escuché que mi primo favorito en la tierra fue visto ayer almorzando con el mismísimo guapo y misterioso gigoló de Waterford.

—¿Mm? Oh, sí, él, oh, olvidé decirte. —Bajé el teléfono—. Ese trabajo temporal de niñero que obtuve, en el que empecé el miércoles, es su hermano, Jimin. Tiene parálisis cerebral. ¿Lo sabías?

—¿Acerca de su hermano? Sí, lo he oído. —Jin hizo un sonido en la parte
posterior de su garganta mientras agitaba la mano—. ¿Cómo eso tiene algo que ver con que estés sentado y solo en el medio del campus con su hermano... ayer?

—Bueno, supongo que soy un gran niñero. —Tiré mi pelo hacia atras mientras le dirigí una sonrisa satisfecha, pavoneándome por mi
genialidad—. El pequeño Jimin le comentó sobre su noche conmigo, y él
quería... No sé, darme las gracias, supongo, por ser tan amable con el.—
La boca de Jin se abrió como si no creyera una excusa tan pobre.

—¿En serio? ¿Eso es todo lo que te ha dicho durante la conversación de cuarenta y cinco minutos? —Guau, ¿nuestros espías de chismes contaron el tiempo? Raro. ¿Y de verdad hablamos durante cuarenta y cinco minutos? De ninguna manera. No se
sintió tanto tiempo. Pero al mismo tiempo, tampoco se sintió ni cerca de lo suficiente.

—Bueno... —fruncí el ceño—, en su mayoría, sí. Después de hablar de
Jimin, pasamos a un par de otros temas, pero…

—¿Qué otros temas? ¿Cómo su trabajo?—Rodé los ojos. Dios mío, a veces podía ser más curioso que yo.

—Bueno... más o menos. Eso estuvo en la lista. Pero hablamos de todo tipo de…

—Oh, Dios mío, entonces admitió lo que es.

—Dijiste que lo haría.

—Pero... pero todo lo que he oído sobre él era sólo… un rumor. Esto es en realidad... un hecho. —Su boca se abrió mientras susurraba—: Santa mierda,
es un gigoló.—En ese momento, nuestra profesora entró en el salón de clases. Una mujer bien vestida, la Dra. Ahn vestía trajes de falda, imaginando que alguna ejecutiva en la alta costura podría llevar. Era una lástima que debía odiarla ahora, enseñaba muy bien y sabía cómo armar un conjunto
impresionante. Pero pensar en ella, en cualquier lugar cerca de Taehyung, me hizo sentir todo el corazón destrozado y deprimido. Y un poco vengativo. Incapaz de evitarlo, la seguí con la mirada y me incliné en el pasillo para
susurrar

The value of a love (vhope)    Historia 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora