XIX

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Hoseok

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Hoseok

—Traemos la comida. —Me alegré cuando entré en la sala de estar frente
a Taehyung con los brazos cargados de platos llenos de pastel, helado y frutos
secos. Sirviéndole a Jinin primero, coloqué el suyo en el mueble del televisor junto a la silla y con una mano le puse el tenedor de plástico en la suya.

— Come, cielo. Me aseguré de que tuvieras más glaseado en tu… —Di un grito ahogado—. Oh, Dios mío, no cantamos feliz cumpleaños ni te dejamos soplar las velas.

—A Jimin no le gustan mucho las velas —respondió Taehyung dándole un plato a su madre y luego otro a Minho—. Por lo general, nos saltamos esa parte.

—Oh. Bueno, todavía podemos cantarle, ¿verdad? —Ya que Yoona lucía tan relajada en su sillón reclinable y sus pies golpeaban haciendo una canción, empecé a cantar cuando les pasé los últimos aperitivos a Taemin y a Kibum. Afortunadamente, Taehyung, su mamá y los tres invitados cantaron conmigo. Después, comencé a aplaudir y todos me imitaron.

—Ahora volvemos con las bebidas —dije. Taehyung tropezó cuando lo agarré del brazo y lo arrastré junto a mí.

—¿Ves? —le dije una vez que llegamos al pasillo—. Eso no fue tan malo. Se rió.

—Probablemente porque no le diste la oportunidad a nadie de hablar. —No aprecié su chiste, así que le piqué las costillas con mi dedo índice.

— Sólo mírame, amigo. Estás a punto de contemplar el milagro que es Hoseok.

—Está bien. —Soltó otra carcajada—. Confiaré en ti. Pero mamá no tiene que sentarse con los niños y alejarse de Jimin.

—Probablemente intenta que se sientan más cómodos. —Al entrar a la
cocina, le entregué cuatro vasos de ponche ya servido. Frunciendo el ceño mientras hacía malabares con los vasos en los brazos, murmuró—Bueno, esto no ayuda a que Jimin se sienta más cómodo.

—Oye. —Podría decirle a Taehyung que se calme e imagine a Thor y Loki. Pero lamentablemente, no creo que colaboren con él. Puede que en ocasiones los chicos no sean tan divertidos—. Tengo un plan.

Al instante, recordé cuando él dijo esa misma frase anoche, justo antes de que sus dedos… Me estremecí y sacudí la cabeza, negándome a pensar en ese instante. No es el momento correcto.
Después de chequear que todo el mundo tenía lo que necesitaban,
Taehyung y yo nos servimos un poco de todo y nos unimos al grupo, sentándonos juntos en el único mueble que quedaba disponible en la sala de estar, que era el sofá de dos plazas. Parecía una broma, tener que sentarme junto a él como si fuéramos una pareja.
Cuando los tres invitados casi terminaban su pastel, le dije a Jimin.

—¿Por qué no abres tus regalos en lo que todos comemos?

—Esa es una buena idea. —Yoona se levantó del reposapiés para recoger uno de los presentes que se hallaba en la mesa de café y se lo pasó a su hijo.

The value of a love (vhope)    Historia 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora