XXI

571 130 23
                                    

HOSEOK

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

HOSEOK

Mi estómago estuvo revuelto por el resto de la semana. Creo que estaba
lleno de un muy acido remordimiento. Y tal vez algo de culpa también, aunque
eso tenía menos sentido. No estaba ligado con nadie; no debería haber sentido ningún remordimiento en decirle a Suho que saldría con él. Pero lo hacía. Nunca debería haber dicho que sí. No estaba de humor para citas; bien, no de humor para salir con cualquier persona, excepto una. Y esa persona no era Kim Suho.

Pero esa persona estaba completamente prohibida y debía seguir adelante. Quiero decir, si su visita del sábado por la noche donde me habló de sus aventuras con mujeres casadas y detalles de su estúpido plan (el que totalmente no me involucraba) no me había convencido de que estaba
prohibido, pues la noche del miércoles ciertamente lo hizo.

Llegué a mis deberes de niñero para descubrir que ya se había ido al trabajo (normal) pero un sobre lleno de dinero fue pegado a la nevera con un imán. Mi nombre y las palabras $ niñero yacían garabateadas en el frente en su fuerte letra.

De alguna manera, sabía exactamente cuánto me debía Yoona. Y entonces, me golpeó. Como si en realidad me golpeara un: “Hoseok, despierta y huele los lattes”. Su sentido de responsabilidad hacia su familia lo era todo para él. Todo. No le importaba si sus obligaciones lo hacían hacer cosas que causaban que se sintiera atrapado o sucio hasta que odiaba a una parte de sí mismo. No iba a dejar de cuidar de Yoona y Jimin de la única forma que sabía. Había vendido su alma para asegurar que cada cuenta que su madre se olvidaba de pagar fuera atendida, incluso la factura del jodido niñero. Una parte de mí lo odiaba por eso, ya que era yo quien fue engañado por
su inquebrantable compromiso altruista. Pero, otra parte de mí lo admiraba y respetaba por su amor y sacrificio por su madre y hermano. Lo hacía porque se preocupaba mucho por ellos, y adoraba la forma en que amaba a las personas más cercanas a él. Hacía doloroso ser un miembro de ese círculo exclusivo.

Casi ignoré el dinero. Su origen se me hizo enfermizo. Además, él lo necesitaba para cosas importantes, indudablemente no algunas de las cosas triviales para las que yo solía utilizarlo, como esos lindos aretes que había pedido en línea que coincidían totalmente con mi aro en la nariz. Y no me importaba si nadie me pagaba un centavo más por pasar el tiempo con Jimin. Pero lo tomé de todos modos, porque sabía que iba a hacer que Taehyung se sintiera incluso más barato y más sucio si no lo hacía. Lo donaría a alguna obra de caridad, o tal vez al fondo del bebé que tenía el mal presentimiento que Jin iba a necesitar.

Y me dije que sólo seriamos amigos con Taehyung de aquí en adelante. No más textos coquetos, no más pensamiento prohibidos (vale, eso era imposible
de hacer, pero por lo menos lo intentaría) y por desgracia, no más almuerzos juntos. No me necesitaba intentando tentarlo que se alejara de sus objetivos de mantener a su familia.
Me apegué a este plan hasta que Taehyung apareció en mi mesa durante mi hora de almuerzo el viernes y dejó caer su bolsa en el banco frente a mí.

The value of a love (vhope)    Historia 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora