-Es grande- opinó Steven entrando junto a su familia al apartamento que se le había asignado.
Se giró hacia su mujer quien no había dibujado una sonrisa en todo el trayecto y suspiró al ver fallido su intento por alabar su nuevo hogar.
-¿Qué haremos con el colegio de Tessie?- se interesó Emily ignorando la mirada de su marido y dirigiéndose hacia los agentes que los acompañaban-. Esto está muy lejos.
Apenas habían llegado a la agencia, se habían hecho con las llaves de uno de los apartamentos libres. Dando al exterior los edificios que rodeaban la escuela, simulaban ser viviendas ocupadas por personas completamente aleatorias, en ocasiones estudiantes, matrimonios, familias… Nada hacía sospechar lo que se guardaba en su interior.
Pero todas y cada una de las viviendas estaban ocupadas por nantes o familiares de los mismos, que se alojaban cerca de la escuela a la vez que formaban parte de ella. Esto servía como tapadera para todos los intrusos del exterior que les vieran entrar en alguno de los portales de alrededor. Para la sociedad eran apartamentos normales habitados por gente normal.
Lo que todo el mundo desconocía es que pegadas a esas viviendas dormían agentes de campo de la escuela o algunos de los niños que estudiaban allí.
-La agencia posee un colegio, nos encargaremos de los trámites necesarios para que pueda ser inscrita en él- aseguró Joan dejando las llaves en un plato de porcelana colocado en la entrada.
Para su suerte todos los apartamentos estaban amueblados. Eran habitaciones sobrias y provistas únicamente de lo necesario, sin ningún tipo de encanto ni decoración, pero se pretendía que fueran sus inquilinos quienes hiciesen suya la casa.
-Rodeada de nantes- se preocupó Steven, quien había tendido a su hija sobre un sillón de tres plazas azulado que ocupaba la mayor parte de espacio del salón.
Aunque se había pasado la mayoría del tiempo llorando, Tessie había conseguido ser tranquilizada por su padre y conciliar el sueño cuando estaban a unas manzanas de su nuevo hogar.
-Tenemos un colegio únicamente para humanos, puede empezar sus estudios allí y si más adelante manifiesta algún tipo de don podrá integrarse en las clases de la agencia- explicó Joan diligente. Sabía lo delicado que era ese tema para los Sanders, el único contacto que habían tenido con nantes había acabado con una mudanza forzosa y la devastación de su casa.
-Para convertirse en una persona como vosotros- la dulce ama de casa que se habían encontrado el primer día en aquella casa era muy diferente a la enfurecida mujer que ahora se presentaba ante ellos. Emily estaba frustrada y malhumorada y pese a los intentos de su marido por calmarla, parecía ser con quien más enojada estaba.
-Convertirse en agente o no, es una elección no una obligación- recalcó Roxy dando un paso hacia el frente para hacerse notar-, llegados a una edad los nantes pueden escoger si quieren dedicarse a este campo o estudiar una carrera totalmente diferente. Esa sería su decisión.
La latina apretó el labio aguantando las ganas de gritar y se encargó de recalcar a quién pertenecería la decisión cuando el momento llegase antes de terminar de hablar.
-Ninguno de los que estamos aquí hemos sido obligados a nada- se encargó de conciliar Joan viendo como su amiga comenzaba a no mediar sus actos-, no somos los malos.
-Yo no estaría tan segura- murmuró Ivon, quien se había mantenido junto a su sobrina. Aunque parecía ajena a la conversación desde su posición alejada, se mantenía completamente atenta.
-¿Qué quieres decir?- intervino Gabby. No quería que aquella conversación se alargase más de lo debido. Desde que había entrado en el apartamento no había cesado de comprobar la hora en uno de los aparatos de Harry, nerviosa por marcharse para conocer el estado de Nathan.
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Incomplete (Nante #2) ©
Teen FictionSinopsis La calma siempre viene después de la tormenta, pero qué pasa si ocurre al contrario. Si después de que todo vuelva a la normalidad, de que las vidas continúen hay algo que lo vuelve a poner todo del revés. Tras seis meses de tranquilidad, u...