Capítulo 13

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-¿A dónde vamos?- preguntó Nathan acariciando la cuerda del arco que cruzaba su pecho.

Gabby se sentía más cómoda en el silencio que habían conservado hasta el momento. Desde que se había mentalizado que compartiría aquella inexplicable misión con Nathan, había decidido sacarle provecho haciéndole hablar y así poder descubrir la verdad. Pese a saber todo eso, la idea de mantener una conversación con él, le incomodaba.

-A un bar- respondió con simpleza Gabby sin mirarle.

-¿Vamos a por el cristal o a tomarnos una cerveza?- se burló él arqueando una ceja.

-Con suerte podrás hacer ambas cosas- observó Gabby apremiando el paso y obligando a Nathan a aumentar también la velocidad.

El silencio los envolvió de nuevo pero no duró mucho, porque al doblar la esquina, la voz de su acompañante volvió a resonar por la solitaria calle.

-Y, ¿cómo es que buscamos un cristal en un bar?- preguntó despeinándose el pelo despreocupadamente.

Por un momento sus pensamientos no pudieron ir más allá de aquel cabello castaño que perfectamente despeinado caía por su frente. Inconscientemente se castigó recordando todas las veces que había acariciado aquella cabellera, las veces que había entrelazado a sus dedos con los suaves mechones de su pelo.

Cuando su cabeza le permitió volver a la realidad, Nathan parecía haberse dado cuenta de su repentino y alargado silencio, porque la miraba interrogante en busca, seguramente, de una contestación.

Sacudió la cabeza despejando cualquier pensamiento y volvió su vista al camino que debían seguir.

-La última vez que nos vimos- la voz le tembló al rememorar aquel momento pero consiguió mantenerla firme cuando continuó-, salíamos del banco Maiday de intentar robar el cristal de la exposición que había organizado la embajada británica, pero alguien se nos adelantó.

-Os robaron el cristal que vosotros ibais a robar- resumió el nante de forma divertida recibiendo un leve asentimiento.

Gabby jugó con los dedos de sus manos entre sí, nerviosa, tenía que sonar convincente o aquella mentira no pasaría por verdadera.

-Le estuve investigando y descubrí el bar en el cual hace negocios- explicó cruzando una plaza con una fuente que no estaba en funcionamiento.

El suelo de piedra hacía que sus pisadas resonaran con eco por las paredes de los edificios que rodeaban el espacio circular.

-Y, ¿está muy lejos?- cuestionó cansado.

-No, de hecho- respondió parándose delante de un pequeño bar cuyo bullicio y luces animaban a toda la calle. El exterior estaba pintado completamente de negro y el letrero que reposaba sobre la puerta era de madera también bañada con un tono oscuro, sobre el que se habían delineado unas finas letras escarlatas-, ya hemos llegado.

Nathan asintió y se adelantó para entrar por la puerta pero el silencio a su espalda le obligó a girarse. La falta de pasos no había sido una imaginación suya. Gabby permanecía de pie con las manos entrelazadas delante de su cuerpo y le miraba sacudiendo la cabeza.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué no vienes?- preguntó señalando el bar de sus espaldas.

-No puedes entrar así, llamaremos la atención y es lo último que me gustaría hacer en estos momentos- comentó cruzándose de brazos.

-Así, ¿cómo?- Nathan miró su vestimenta y se concentró en encontrar el error.

-Llevas un arma- señaló ella volviendo a desaprobar su aspecto.

Incomplete (Nante #2) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora