-No sé, Gabby- dudó Meza que se había levantado de su asiento, evitando que el escritorio se interpusiera entre ambas-. Son niños.
-Por eso mismo sé que no pasará nada- aseguró la rubia defendiendo esta vez una propuesta a la que sí veía posibilidades-. Puede servir de terapia.
-Cuándo te has vuelto una psicóloga- rió Meza más relajada. Dejó que su cuerpo descansara sobre la mesa y se cruzó de brazos pensativa.
-Sé cómo funciona Nathan- afirmó segura, pero en realidad aquello no era del todo verdad, cada día que pasaba él conseguía descubrirle algo nuevo sobre su personalidad, no sabía si llegaría el momento en el que pudiera decir que le conocía de verdad.
Meza arrugó el labio mirándola todavía pensativa, evaluando las posibilidades de éxito y de fracaso. No despegó su mirada de ella y en todo momento recibió una correspondencia por parte de su alumna.
-Está bien- aceptó suspirando-. Haremos una prueba, pero yo estaré presente en ella.
Gabby asintió rápidamente sin oponerse a ello, de no haberlo pedido se lo hubiera propuesto. Sonrió como agradecimiento, ahora sólo le faltaba la segunda parte, y la más fácil.
-Confías mucho en él- las palabras de Meza la pillaron desprevenida y subió la mirada hacia ella.
Tardó unos segundos en analizar su comentario y acabó encogiéndose de hombros.
-No parezco ser la única que lo hace- indicó Gabby observando como la mujer volvía a la parte de atrás de su escritorio con paso lento.
-Yo no confío en él- negó Meza con una pequeña sonrisa adornando sus comisuras-. Estoy fiándome de ti y de tu criterio.
Gabby apretó la mandíbula. Sus ojos bajaron inconscientemente hacia la garganta de la mujer, la cual estaba cubierta por el cuello del traje que vestía. Seguro que el ataque de Nathan le habría dejado marca.
-Concertaré entonces la cita y te avisaré- finalizó Meza volviendo a sus papeles con un cierto interés.
-Por supuesto- aceptó Gabby retirándose rápidamente de la estancia.
Dejó que su cuerpo descansara sobre la pared del pasillo y cerró los ojos cansada. Pese a llevar todo el día en la agencia estaba agotada, demasiadas cosas ocupaban su cabeza y el cansancio mental era mayor que el físico.
Se tomó unos minutos de silencio antes de emprender el regreso a su edificio. Fuera ya había empezado a oscurecer y el patio estaba en completo silencio. Un lejano murmullo provenía del comedor principal, así como algunas voces se distinguían charlando entre los balcones de las habitaciones.
Sus pasos se dirigieron hacia el búnker y bajó las escaleras. Se cruzó con los últimos grupos que habían bajado a entrenar y que ya volvían a sus respectivas habitaciones o salas comunes. Saludó a varios como despedida y estos le devolvieron el gesto.
Pronto se encontró junto a la sala vacía de la sala de tiro, donde Nathan seguía haciendo silbar las flechas en la última diana.
-No sé si he hecho bien en enseñarte este sitio- indicó Gabby caminando hacia él que se giró con una sonrisa-. Ahora no vas a salir de aquí.
-Tirar me relaja- comentó pasando el arco por detrás de sus hombros y dejando que sus manos apoyasen a cada lado.
-Meza ha rechazado el plan- informó. Nathan sonrió de lado exhalando un suspiro.
-Era de imaginar- observó caminando hacia ella aún con el arco sobre su espalda.
Sus pasos frenaron a medio camino, dejando que la muchacha terminara de avanzar hacia él. Por una extraña razón sonreía, como si no encontrar a la nante del tiempo la hiciese feliz.
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Incomplete (Nante #2) ©
Teen FictionSinopsis La calma siempre viene después de la tormenta, pero qué pasa si ocurre al contrario. Si después de que todo vuelva a la normalidad, de que las vidas continúen hay algo que lo vuelve a poner todo del revés. Tras seis meses de tranquilidad, u...