Cap. 23 «La invitación»

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RENESME P.O.V.

Todos habían pasado el resto del día y la noche conmigo y mis bebés, para asegurarse de que todo estuviera bien.

Estaba tan sumamente feliz de poder tenerlos finalmente en mis brazos. Hasta ayer, esperaba un bebé con ansias, y entonces, la vida me sorprendo con tal milagro. Ofreciéndome dos ternuras adorables y dormilonas.

No podía parar de mirarlas, eran demasiado lindas para ello. Mi abuelo me había dicho que tendría que esperar una semana antes de poder empezar a salir con ellos.

Yo seguía pensando en mis bebés, hasta que fui interrumpida.

-¿Al final, cómo los vas a llamar?- me preguntó Jane sentándose a mi lado, y  al igual que yo.

-Yo había estado pensando en quizás... Enzo- digo primero señalando al niño que dormía apoyado en mí-, y Sofía- quién estaba durmiendo a mí lado.

-Mmmm. Me gustan- afirmó ella.

-Jane ¿Podrías pedirle a Jaime que venga aquí un momento también, por favor?- le pedí. Ella asintió en silencio y se levantó en su busca.

Poco después, ambos se encontraban en la habitación.

-Jaime, Jane. Los he llamado porque yo quería sugerirles si, ustedes querrían ser los padrinos de Enzo- les comenté, dirigiendo mi mirada de ellos a mí bebé mientras hablaba.

Vi la emoción en sus ojos. Y no hace falta contar el espectáculo que montó Jane, porque dejaría su prestigioso perfil de cruel Vulturi, por los suelos.

-¿Y quién será los de Sofía?- preguntó Jane cuando se calmó.

Yo sonreí para mis adentros antes de contestar.

-Esta pequeñina quiero que sea la ahijada de mi hermana. Pero todavía no sé quién poner como su padrino.

-Es muy bonito por tu parte- comentó Jaime y yo asentí en silencio.

-Y ahora fuera, que tengo mucho sueño- exclamé echándolos de la habitación.

Dejé a mis bebés en una pequeña cuna, y me traté de dormir un rato al menos.

(...)

Al despertar,  me entretuve dándoles de comer a Sofía y a Enzo antes de reunirme con el resto. Me levanté con sumo cuidado, notando que todavía me dolía donde antes había estado el gran agujero resultante del parto. Dejé a mis bebes durmiendo en la cama y tras darles un beso en la frente a cada uno -y poner mucha precauciones para que no se cayeran de la cama-; abrí la puerta -sin volverla a cerrar, para oír a los bebes por si pasaba algo- y bajé a reunirme con el resto.

Todos estaban hablando en murmullos de un tema en particular, pero cuando yo llegué, todos se callaron de golpe -y estoy casi cien por cien segura de que María ocultó algo tras ella que no llegué a identificar-.

-¿Qué es lo que pasa?- pregunté cada vez más segura de que me ocultaban algo, y más después de que se miraran entre ellos antes de que nadie se atreviese a contestarme-. ¿Alguno de ustedes me lo va a decir o lo voy a tener que descubrir por mí misma? Porque les puedo asegurar de que lo haré.

-Verás, Renesme... No creemos que estés preparada para esto tras el parto- me explicó mi abuelo, pero ya estaba molesta por el hecho de que me estuvieran ocultando nada.

-Déjame que eso lo decida yo- les dije yendo hacia María y extendiendo mi mano para que me diese lo que sea que me había ocultado.

Ella dudó entre hacerlo o no, pero al final sacó un sobre que tenía tras su espalda.

-Ren- me llamó Jane antes de que yo pudiera leer lo que el sobre ponía-. Si lees su contenido, ya no habrá vuelta atrás. Y esto no te va a gustar, te lo puedo asegurar.

Jane me advirtió pero yo la abrí igualmente, quizás debería haberle hecho caso.

Te invitamos a la celebración del enlace nupcial entre Alec Vulturi y Laia Carráspez.

No pude seguir leyendo porque mis ojos se llenaron de lágrimas y perdí la fuerza de mi cuerpo, que de no haber sido por Jane, hubiera caído al suelo al igual que lo hizo la carta de invitación. Como yo no me podía mover de ahí, Jane pidió que despejaran la sala para nosotras dos, lo cual agradecí, para poderme desahogar al fin.

-¿En serio es esto todo lo que el decía que me quería? No lo entiendo, que es lo que hice yo mal-solté entre lágrimas.

- Nada, no hiciste nada mal. Es todo el idiota que se hace llamar mi hermano.

-¿Y ahora que voy a hacer?- dije cogiendo la carta otra vez cuando conseguí dejar de llorar, y leyéndolo todo a mayor detalle.

Resulta que iba a ser dentro de justo un mes y medio exacto, pero que estábamos invitados a aceptar la estancia en el palacio desde dos semanas antes si queríamos.  Por alguna razón, el releerlo me cabreó.

-No lo sé.

-Yo sí lo sé- me escuché decir a mí misma y Jane me miró con extrañeza en lo que yo me limpiaba los restos de las lágrimas- Tenemos un viaje que organizar- completé sacudiendo la invitación.

-No...- se comenzó a negar.

-Sí- afirmé a pesar de las dudas de Jane.

Llamé al resto y todos vinieron enseguida, y por la expresión de sus caras, supe a la perfección que lo habían escuchado todo. 

-¿Seguro que quieres hacer esto?- me preguntó mi abuelo.

-Seguro, al fin y al cabo la invitación tiene mi nombre ¿no?- que esa es otra. Lo cierto es que no se había cortado ni para no inviarme a mi una invitación, parecía únicamente buscar como restregarme el que jugó conmigo y el daño que me hizo. Pero esta vez la que iba a jugar sucio iba a ser yo, no él.

Todos asintieron en silencio, dándose cuenta de que tenía razón.

-Venga, tenemos que ponernos en marcha. Tenemos un viaje que organizar para dentro de un mes- ordené.

Dentro de un mes estaríamos pisando Italia otra vez, aunque fuera última vez que lo hiciéramos.

-Pero... ¿Y los bebes?- preguntó Irina.

-Según mis cálculos, para esa altura ya habrán crecido tanto como un niño de un año y, año y medio para el momento de la boda. Sólo si tenemos en cuenta de que mantuviesen la misma velocidad de crecimiento que tienen ahora.

-Ya, pero me refería a qué harás con ellos- trató de autocorregirse.

-¡Qué voy a hacer, se vendrán conmigo! No los pienso dejar solos.

-¿Alguna otra pregunta más o me puedo poner a comprar ya los billetes?

Todos se mantuvieron en silencio por lo que yo di por hecho cual era su respuesta.


(...)



By: Ajj444

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