RENESME P.O.V.
No me podía creer que estuviera en el palacio de Volterra y con los Vulturis. Encima, me habían puesto un guarda espaldas -como si no supiera cuidarme sola-. Además con el engreído de Alec.
Salí de la sala de tronos- o así la había llamado antes Alec- y me dirigí a mi habitación. Al poco tiempo me di cuenta de que Alec me seguía, no muy de lejos de donde yo me encontraba. En ese momento empecé a correr a velocidad vampírica y este me imita. Justo cuando llegué a mi habitación, Alec me encerró entre su bello y pulido cuerpo y la puerta de mi cuarto. Yo me empecé a agobiar, así que, me intenté librar de su agarre, pero me fue en vano.
-Suéltame, suelta- le grité casi suplicante.
Este se acerco a mí de manera muy lenta para mi gusto, tras soltarme, hasta llegar a mi oído.
-Esto no se va ha quedar así.- le escuché involuntariamente pensar en tono seductor. Desde ese momento, decidí bloquear el don de mi padre por completo.
En ese momento aproveché, para abrir mi cuarto, entrar en él y cerrarle a Alec la puerta en las narices. No me podía creer que fuera tan engreído ese Vulturi. Ni me podía creer lo que acaba de pasar. Por un momento pensé en que no podría salir jamás de entre sus fuertes brazos. Me dejé deslizar por la puerta, hasta quedar sentada con la espalda pegada a la puerta de mi habitación.
¿Por qué me sentía tan mal, por haberle cerrado la puerta en las narices? No me estaría..., imposible. No, eso sí que no. Juré que nunca me volvería a pasar, y lo pienso cumplir. Y mucho menos de ese sádico y sexy Vulturi.
Antes prefería ser inmortal y estar muerta, a que me llegase a atraer lo más mínimo Alec Vulturi.
ALEC P.O.V.
Me dirigí a mi habitación, a paso lento. Cuando llegué a ella me acosté en mi cama. A los dos minutos entra mi hermana por la puerta -es ella, porque ella es la única que entra en mi habitación sin llamar-.
-¿Alec?- preguntó mi hermana desde la puerta.
-Estoy aquí- dije de mala gana. Ella se acerca y se sienta a mi lado.
-No me puedo creer que Aro te haya puesto de niñera de esa asquerosa híbrida.- me dijo algo cabreada.
-Yo tampoco.
-¿Y por qué no le dices a Aro que no lo quieres hacer?- me preguntó y eso ya fue la gota que colmó el vaso.
-Porque no Jane- exclamé cabreado, ella se asustó y lo que me dio pena- lo siento, me he pasado. Estoy frustrado y lo he pagado contigo -le dije agarrando a mi hermana de las manos ya que, estaba decaída por mi trato, cosa que solo me muestra a mí mientras se lo oculta con un muro de frialdad al resto del mundo.
Sin embargo, ella no me miró, se resistió a mi agarre y fue a salir de mi habitación. Salió por la puerta pero, como no la iba a seguir, consideré oportuno decirle unas cositas.
-Eres una ingenua, ilusa y estúpida como esa asquerosa híbrida cuando te comportas así -solté sin darme oportunidad a procesar mis palabras hasta que abandonaron mi boca.
Pero nada más girarme veo a la persona que menos deseaba encontrar y, mucho menos, que hubiera oído todo aquello.
-Eres un cerdo. ¿Cómo puedes hablar a tu hermana así y además meterme a mí en tus problemas? Para que ella se fuera, tuviste que hacerle algo y no la culpo de tener un hermano tan sádico, que no puede ni hacer feliz a su hermana pequeña. Nunca encontrarás a alguien que te quiera de verdad. Vas como si nada importase y así lo vas a perder todo -trató de darme lecciones de moralidad esa híbrida cabreada.
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Amor por defecto -RENESLEC-
Teen Fiction¿Que pasaría si dos enemigos de siempre se enamoran?¿Y si al hacerlo causan un caos entre sus dos familias? ¿Y si solo ellos pudieran unirlas? ¿Sería eso lo correcto o solo sería un error?¿Les dejarían ser felices juntos después de rebelar su amor...