Cap. 27 «Pesadilla»

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JANE P.O.V.

Fue a las ocho de la mañana del día siguiente cuando logré huir de esa habitación. Me dolía todo el cuerpo y lo cierto es que me dolía con tan solo moverme, por no decir caminar. Entre en mi habitación y lo único que quise hacer fue llorar mientras me restregaba con jabón -hasta arrancarme la piel si fuera necesario- en la ducha. Y eso hice.

Me pasé como una hora queriendo llorar, pero no podía. Para estar aquí en el palacio de nuevo, Renesme me había tenido que volver a quitar la parte híbrida que había creado para mí y, tras tanto tiempo con ella, ya se había convertido en una parte de mí, hasta el punto de que ahora doliera su ausencia. Esa parte que me hacía sentir un poco más humana y que me aportaba cosas que ahora mismo anhelaba. Me había lavado como si no hubiera un mañana, entre el canto de mis sollozos -que era lo único que mi cuerpo vampiro podía producir-. Me sentía sucia y utilizada y, el simple recuerdo de la noche anterior me aterraba...


*Flash Back*

Estaba volviendo de la sala de música cuando escuché unos pasos y risas detrás de mí. Yo giré mi cabaza hacia atrás y vi a los estúpidos de Félix y Demetri detrás mía. Los eludí como pude y  traté de continuar mi camino hacia la habitación de Renesme.

-¡Eh! Pero mira quien está aquí. La chica a la fuga- se burlaron-. ¿Qué? ¿Ya se cansaron de su viajecito?

Traté de hacerme la que no había oído nada y seguir andando, pero al final me acabaron  alcanzando y frenando a la fuerza.

-¿Se puede saber que narices quieren?- les dije de malas formas cuando Félix me jaló del brazo para detenerme. 

-Tan solo queremos recordar los viejos tiempos- comentó Demetri como si fuera gracioso y yo retrocedí un paso al entender perfectamente a lo que se referían. Pude leer en sus miradas como eso había sido un terrible error, porque les había dado la oportunidad de acorralarme contra la pared.

-No hay nada que recordar- les corté y trate de salir de su jaula por el espacio que habían dejado entre ellos, pero fue inútil porque ambos cogieron el brazo que no utilizaban para acorralarme por los lados, con el fin de empujarme nuevamente contra la pared.

-No mientas a tus superiores, Jane- añadió Félix con una sonrisa burlona.

-Yo ya no pertenezco a la guardia, por lo que ustedes no son nada para mí. ¿Queda claro? A parte, que van a recordar. ¿Ustedes no están comprometidos?

-Eso es solo un contrato impuesto para poder gobernar y mantener la paz y control entre los clanes. Ninguno de nosotros realmente quiere casarse, cariño- me susurró acariciando mi mejilla. Me hubiera dado cuenta de lo importancia de ese detalle si no hubiese estado más centrada en buscar una forma de salir de ahí. Porque mis poderes en este momento eran inútiles, no podría atacar a los dos a la vez.

-Bueno, pues búsquense alguien más porque yo ya no estoy disponible.

-¿Lo dices por ese perdedor?- cuestionó Demetri metiéndose con Jaime, pero yo no me dejé influir por su comentario.

-Él no es ningún perdedor. De echo, es mejor que ustedes.

-¿Por eso se quedó contigo? ¿Por qué es mejor?- se rieron a carcajadas en mi cara, pero el comentario de Félix, a mí, me sentó como una patada en el culo-. Por favor, Jane. No seas ilusa. Sabes perfectamente que nadie se quedaría contigo ni aunque le pagaran.

-¿Qué es? ¿Has mejorado tu técnica y le has encantado con tus mamadas, que contentan a todo el mundo, como la tremenda puta que eres mientras tratas de impartir respeto?

Amor por defecto -RENESLEC-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora